Una de las peores cosas que llevo en mi profesión es el tema de los turnos. De sobra son conocidas las nefastas consecuencias que acarrean las jornadas de trabajo tan variables en el tiempo, que suponen sin duda un factor de estrés. A la larga, se nota, tanto a nivel físico como mental.http://www.diariomedico.com/edicion/diario_medico/medicina/es/desarrollo/1073027.html. Es cierto que la periodicidad de los cambios es más o menos rigurosa (en mi caso hago un módulo de noches alternas cada 4 ó 5 semanas ) ,pero además nosotros nos empeñamos en complicarlo aún más y siempre andamos haciendo cambios imposibles, con 2 ó 3 compañeros a la vez, para poder juntar algunos días y disponer de más tiempo libre...
A mí éstos cambios me producen un desequilibrio bárbaro. Cuando me levanto como un zombie después de haber mal dormido unas horas no sé si tengo que desayunar o comer.Al llegar la media noche me entra un despabile que hace imposible que me vuelva a la cama, que para estar contando ovejitas nunca he valido...y claro, hasta las tantas, como los búhos...
El trabajo nocturno siempre me ha parecido tremendamente deprimente y eso que en mi servicio puede llegar a ser bastante activo. Pero si todo está "en calma", hay unas horas peligrosas en las que mi mente divaga con excesiva facilidad. No es que sea Antoñita "la fantástica", pero hay momentos en los que sólo puedes sentarte y pensar. Soy incapaz de seguir una lectura a las 4:30 de la mañana y enterarme de lo que leo. En esos instantes es cuando tengo crisis existenciales y pienso..."¿qué c*ño hago aquí, si debería estar en mi cama...? He confundido mi camino, ésto no es lo mío..." Naturalmente son momentos de debilidad emocional y tenemos ocurrencias absurdas, pero son muy fuertes...
No sé si a todo el mundo le pasa, pero a mí ésto se me agudiza con la edad ( lo de disgustarme tanto las noches ). Cansancio, sensación resacosa, irritabilidad... es lo único que me producen... ¿Soy la única que "lo sufre"... y no en silencio, como las hemorroides...?
Menos mal que nos vemos compensados en otros aspectos y/o que estamos hechos de otra madera y lo aguantamos todo.
Voy a ver si aprovecho el resto de la tarde y la quietud hogareña de las primeras horas de la noche, que toca estar insomne ( es "lo bueno" de ir al revés del mundo ).
Por la noche se sueña mejor, se lee mejor, se ve mejor.
Por eso dormimos: para no soñar, no conocer y no mirar.
Ponte tapones, y tendrás el completo ;)
A veces a mí me encantaría dormir laaaargas horas así, en la inconsciencia más absoluta. Respecto a los tapones... son compañeros de sueño diurno desde hace mucho tiempo. Gracias por tu comentario.
Berni, va a ser la edad. A mí también me está pasando y eso que siempre he sido muy nocturna.
Hablando de ocurrencias absurdas, esa "resaca" la comparo con el jet lag, como si volviera de un viaje, jaja
Sí, la comparación es muy válida, lo que pasa es que el viaje casa-Clínico-Clínico-casa en "vuelo" nocturno a mí me produce lo mismo que si me hubiera bebido las reservas de las destilerías Dick...jajaja!