Todo llega a su fín y lo bueno me está diciendo adiós con la manita...
Mañana madrugón a las seis...( oh, my god!, que dirían los yankies ). Aunque aún todos no están de regreso porque los afortunados "de Septiembre" comienzan ahora sus merecidas vacaciones, seré precavida y saldré a la hora de siempre, pensando que no tendré problemas de tráfico, pero sí después, ya que dejar el coche en el aparcamiento del hospital más tarde de las 7:10 es misión imposible. Y me niego a fiarme de la experiencia y buena voluntad de los "gorrillas", que en Julio ya me costó un disgusto y la multa correspondiente.

No sufro depresión postvacacional, ni nada que se le parezca. Aunque ya no tengo claro si el síndrome existe y de qué se trata en realidad.http://www.elpais.com/articulo/opinion/regreso/trabajo/elpepuopi/20080831elpepiopi_1/Tes
Hablé con alguna compañera y me comentó que tuvo un "bajón" tremendo el primer día de incorporación. Sé que las cosas no han variado mucho en un mes, el trabajo es poco gratificante por el tipo de pacientes que hay últimamente, muy crónicos y muy "malitos", muchos sin mejoría final. Trabajar con enfermos que tienen patologías graves y a veces incurables puede conllevar un coste emocional alto.
Pero ese estado de desánimo es muy frecuente y ataca a casi todos por igual, pese a que muchos lo niegan públicamente (no es mi caso, de verdad), y con independencia del tipo de trabajo.
El período vacacional es una terapia necesaria, donde se tiene la oportunidad de retomar energía descansando el cuerpo y relajando la mente con lo que a uno le guste.
Este año vuelvo con las pilas repletas, solo espero no desgastarme pronto.
He leído que un grupo de mis favoritos de la música inglesa, The Verve, se han reconciliado y once años después de su último disco han hecho uno nuevo, espero que tan bueno como el anterior. Habrá que oírlo.
Pondré el famoso tema Bitter sweet symphony para escucharla antes de irme a dormir, a ver si mañana empiezo con buen pié.
Ciao!


Ese "lo intentaré mañana" de la entrada anterior se ha quedado en un deseo. Más bien tendría que haber contado con mi desgana y mis circunstanciales limitados medios y mejor decir "lo intentaré en unos días"...

Estoy ya en mi "espacio natural", esa habitación de mi casa que asignamos al ordenador, medio cuarto de estudio medio leonera y que me dispondré sin remedio a ordenar mañana... sentada delante de la pantalla, con el contínuo sonido del ventilador de la CPU, tan sólo superado por los gritos ocasionales de los críos que juegan al baloncesto en la comunidad vecina...

Estas vacaciones han sido para mí un verdadero período terapéutico. He conseguido descansar suficientemente y han sido felíces en general. Pero es irónico como lo que para unos son los mejores momentos del año, para otros pueden tornarse en una verdadera pesadilla y constituír lo peor, con diferencia, de toda una vida.
El 20 de Agosto nos sacudió a todos la noticia de un terrible accidente aéreo. Los medios se hacían eco de la tragedia nada más comenzar el telediario y a muchos españoles la comida del medio día se nos indigestó. Las víctimas pacerían ser muchas y todos teníamos en mente el dolor y la angustia de los familiares de los pasajeros de aquel avión.
Las informaciones de días posteriores fueron excesivas en detalles y datos innecesarios, que a mí, lo único me que aportaron, fué el convencimiento de que hay quienes se regocijan en el sufrimiento humano ajeno, o no empatizan con los afectados, o les dá igual, pues tanta reiteración en las imágenes, en las cifras de muertos, en el estado de los mismos...no tiene ningún valor periodístico, y sólo ahondan la daga en la herida...

Pero mi estado de mayor de conmoción lo había provocado unos días antes la muy triste noticia del fallecimiento del hijo de una amiga de la familia en un fortuíto accidente, ocurrido a éste mientras paseaba con sus padres y abuelo una tarde en su lugar de vacaciones.
Mientras me contaban lo sucedido imaginaba los hechos con perplejidad y a pesar de que sabes que es verdad, que ha ocurrido porque te lo están contando, una idea absurda de "no puede ser" se repetía una y otra vez en mi cabeza.
Un sentimiento de pena y tristeza casi constante me invadieron los días siguientes.
Pensaba mucho en la madre y en el abuelo, que casi pierde también la vida por intentar salvar la de su pequeño nieto, ese ángel que les había dado tanto en tan su escasa existencia...
Después de medio mes lo recuerdo sólo ocasionalmente, me viene a la mente por algún detalle o de repente, sin más, pero siento la misma pena.

Sólo espero que los desafortunados padres y en general toda su familia, que está sufriendo mucho, tengan la fortaleza suficiente para superar una pérdida tan grande, si es que ésto se puede llegar a superar. Conozco otro caso en el que la llegada de un nuevo hijo "me ha salvado la vida" ( palabras textuales de quien padeció una desgracia similar), devolviendo la alegría y la ilusión que se creen irrecuperables...

Esa desesperanza la debió sentir Eric Clapton cuando perdió a su pequeño de cuatro años en un terrible incidente. Después le dedicó esta preciosa canción que compuso para recordarle siempre, aunque eso lo hará de cualquier modo. A partir de ahora, cada vez que la escuche, me acordaré de tí, pequeño C., que juegas para siempre felíz, en ese lugar que dicen que existe... y que llaman cielo.




Estoy sentada en el sofá del salón, a unos metros del resto de los demás, intentando aislarme por unos momentos de lo que me rodea para poder escribir esta entrada. En la televisión ponen uno de esos programas de tertulia "rosa" que tanto gustan y entretienen a mi madre. En mi casa están prohibidos porque no los soporto; nunca me ha parecido útil o interesante conocer las intrigas de la vida privada de ciertos personajes... Pero estoy en el hogar paterno pasando unos días en el pueblo y no tengo licencia para imponer mis gustos televisivos ( y sobre todo porque me da igual, la caja tonta me estimula cada vez menos, esa es la verdad...).
Lo que pretendía contar no tiene nada que ver con lo anterior pero las voces de los contertulianos y el volúmen del aparato llegan a meterse en mis oídos, a pesar de mi voluntad de no escucharlos y resulta imposible concentrarme...Lo intentaré mañana, en algún momento más propenso a la reflexión. Navegaré un rato y buscaré música relajante que me anime a entregarme a los brazos de Morfeo...
Hace pocas horas que acabo de aterrizar en Madrid y ya estoy preparando la maleta para volverme a ir. Un breve inciso, un vistazo rápido en casa y de nuevo en carretera. No hago nada distinto o especial a otros años. Primero unos días en la playa disfrutando de sol y calor ( por Dios, este año qué calor! ) y después otros tantos, más tranquilos y fresquitos, en el campo. He conseguido desconectar de la rutina laboral, aunque he recordado con cierta inquietud que en poco tiempo comenzarán los madrugones, el estrés matutino de la UVI, las clases de RCP, los protocolos que me comprometí a actualizar... uf! tengo arrítmias sólo de pensarlo...Y es que el ser humano cuanto más ocioso está más se convence de que ese debería ser su permanente estado natural...
Intentaré cargarme de energía a tope para volver pletórica de vitalidad y poder retomar con fuerza el día a día.
Si puedo escribiré, aunque me será difícil. Donde voy no tengo posibilidad de conectarme, aunque haré alguna escapadita en busca de la red, ya me las apañaré.
Ciao.
Ultimamente estoy un poco perezosa y no escribo en el blog. Más que pereza yo diría que es incapacidad lo que provoca mi silencio. Tengo muchas ideas en la cabeza, temas que me gustaría abordar, historias que contar a colación de noticias que suceden a diario... Pero estoy desconcentrada. Mi mente se satura de pensamientos monotemáticos y vicia todo lo demás. Sin duda necesito unas vacaciones. Mañana me las tomo y me voy a pasar unos días con mi familia a la playa, en busca de sol, mar y tranquilidad. Estos meses es difícil encontrar ésto último en casi cualquier zona de costa española, pero si te empeñas hay rinconcitos maravillosos conocidos y frecuentados por una peculiar minoría, ávida de lo que tanto ansío, sol ( mucho sol ), sonidos marinos y TRANQUILIDAD. Espero a la vuelta estar más centrada e inspirada. Paciencia a los que se quedan, todo llega. Resignación a los que no se irán. Muchos besos para todos. Ciao!