Son las nueve y media de la noche y estoy a setenta km de Madrid en un atasco del copón, exactamente igual que hace una semana.
En aquella ocasión decidimos desviarnos en un bar de carretera para ver a la selección en la final de la copa del mundo, ya que no nos la queríamos perder de ninguna manera. Desde luego mereció la pena, lo pasamos bien y disfrutamos con el ambiente del lugar, un local repleto de gente como nosotros, incautos viajeros que pensaban llegar a sus destinos a tiempo para ver el partido... y los resultados no pudieron ser mejores, pese al juego poco cabal de los rivales y a las injustas decisiones arbitrales... en fin...
Cuando retomamos el camino de regreso, el ánimo de los conductores se traducía hasta en la manera de llevar el vehículo. No importaba lo tarde que era y si al día siguiente había que trabajar.
Hoy todo parece distinto. Miro por la ventanilla y sólo veo desidia y resignación en los rostros de alrededor...
Y esa luz roja que me avisa de que me estoy quedando sin batería... argggg...
A ver si me da tiempo a enlazar el blues que me viene a la cabeza...
Mi netbook falleció antes de poder publicar esta entrada... pero no me dejé contagiar por la apatía que parecía envolver al resto de los vehículos en el camino de regreso...
En aquella ocasión decidimos desviarnos en un bar de carretera para ver a la selección en la final de la copa del mundo, ya que no nos la queríamos perder de ninguna manera. Desde luego mereció la pena, lo pasamos bien y disfrutamos con el ambiente del lugar, un local repleto de gente como nosotros, incautos viajeros que pensaban llegar a sus destinos a tiempo para ver el partido... y los resultados no pudieron ser mejores, pese al juego poco cabal de los rivales y a las injustas decisiones arbitrales... en fin...
Cuando retomamos el camino de regreso, el ánimo de los conductores se traducía hasta en la manera de llevar el vehículo. No importaba lo tarde que era y si al día siguiente había que trabajar.
Hoy todo parece distinto. Miro por la ventanilla y sólo veo desidia y resignación en los rostros de alrededor...
Y esa luz roja que me avisa de que me estoy quedando sin batería... argggg...
A ver si me da tiempo a enlazar el blues que me viene a la cabeza...
Mi netbook falleció antes de poder publicar esta entrada... pero no me dejé contagiar por la apatía que parecía envolver al resto de los vehículos en el camino de regreso...
Berni.
Domingo 18/7/10.
Hola a todas y a todos, solo aclarar una cosa, jjaaaaaajjjaa, que las caras de deisidia y apatia, eran las que estaban alrededor nunca la que mas cercana llevaba, la ilusion con la que hacia el comentario, iluminaba todo, era dificil tener desidia o aburrimiento a su lado.
Un beso muy fuerte, para ti.
“Miro a mi alrededor en esta noche especialmente negra de mil novecientos setenta y seis en que sólo alcanzo a ver muerte y carne devastada, y sin embargo sigo tecleando con empecinamiento estas palabras tal vez porque no puedo arrancarme del corazón la esperanza"
Liliana Heker
El fin de la historia (fragmento)
Saludos.
Kakumi:
Para ilusión la que me hace verte por aquí "manifestándote" jajajaja!
Muy buena tu aclaración, por si había dudas... ;)
Un besote grande.
Javier:
Comparto con la autora de ese magnífico fragmento la esperanza en la desolación más absoluta. Creo que es lo que a muchos nos mantiene a flote. Gracias Javier por recordarnos lo que nunca se debe perder.
Un fuerte abrazo.
Qué guapo sales, Javier!!!