Y una mañana te levantas, te miras al espejo con cierto detenimiento, y piensas:
"Diossssss, qué desastre..."Decides apartar todas las cuestiones ineludibles que ibas a resolver en tu día libre, y dedicar las horas siguientes a solvertar, de alguna manera, ese inminente despunte de crisis existencial, consecuente del análisis meticuloso y tempranero de la visión espeluznante que acabas de presenciar.
Tras dejar al A.F.D. en el colegio, vuelves a casa para tomar el segundo café del día, terminar de adecentar ese espacio físico que tienes por casa (imposible de mantener como tu madre querría), y de arreglarte un poco... Sólo un poco, ya que piensas que en unas horas estarán solucionados todos tus problemas de imagen...
Entras en la perfumería "de las clavadas", consciente de ello, pero con determinación y alegría... Mmmmmm... y huele tannnnn bien!... Bueno, un día es un día...
Sabes que estás a punto de comprobar en tus propias "calnes" lo que Elvira Lindo expuso genialmente en aquel "discurso apocalíptico", que una vez leíste con complacencia una apacible madrugada de guardia, bendita diatracción contra los fantasmas nocturnos...
En ese artículo de opinión, la escritora analizaba con el humor que le caracteriza, la realidad de la relaciones existentes entre las féminas y estos templos particulares de la belleza:
"... a las mujeres nos gustan las perfumerías, el olor de las cremas, la textura, y está bien que en la vida no siempre prime lo práctico; es delicioso alimentar el apetito de los sentidos..."
- Hola buenas. Yo quería... una hidratante...
Lo dices con cierta timidez. Sabes que está a punto de producirse lo que la Lindo dijo:
"Una mujer, usted o yo, cualquiera, va en algún momento del mes a una perfumería. Pide una hidratante y es entonces cuando se produce la fatal transformación de la cara de la vendedora. Nos estudia el rostro, pone cara de preocupación y acto seguido, con gesto de "a ver qué podemos hacer para salvar ese desastre", coloca encima del mostrador una exfoliante, una limpiadora, una mascarilla, una crema de día, una crema de noche, un contorno de ojos, un serum y un protector solar. El montón de cajas que que nos separa a la vendedora y a la clienta es tal que casi no podemos vernos. La vendedora se ha aprendido, con el afán de vender, un discurso apocalíptico: si la clienta tiene treinta años, le dice que a esa edad hay que prevenir el deterioro; si la clienta pasa de los cuarenta, la vendedora le habla del inminente descolgamiento; si pasa de los cincuenta, le avisa del brillo que está a punto de perder, y así hasta que la clienta, digo yo, deja de ir, por falta de esperanza, o por defunción."
Menos mal. Me encuentro en el tramo final de la década de los treinta, última oportunidad para prevenir el deterioro, así que no será para tanto -pienso- no necesitaré todo eso...
Pero tras una hora y media de consejos gratuítos de belleza, salgo del establecimiento con una bolsa monísima llena de ungüentos y productos para nada regalados (sesenta eurazos tienen la culpa...). La madre que parió a la vendedora... qué poder de convicción... y una que es débil en ciertas vicisitudes... Si ya lo sabía yo... Como decía María Isabel, no me toques las palmas que me conozco... Pues eso...
Me dirijo a mi próximo objetivo: la peluquería.
En este trance es indispensable un cambio de look radical. Me lo pide el cuerpo.
Así se lo hago saber a la peluquera que me ha tocado hoy. Pediría que el "extreme makeover" me lo hiciera su compañera, a la que ya conozco y en cuyas manos me puse la última vez con óptimos resultados, pero me da vergüenza decirlo, y me dejo llevar por la profesionalidad de la muchacha...
Quiero un pelirrojo llamativo, pero como la peluquera me ve vacilar ante la carta de colores, resuelve ponerme un tono intermedio, para que el cambio no resulte demasiado brusco, y así, si no me gusta, tiene más arreglo que el color "panocha" que en un principio yo tenía en mente. Vale, pienso, buena opción...
Tras dos horas de reloj, y a media de que el A.F.D. salga del cole, estoy sentada con el pelo mojado de un color indescriptible y una facha espeluznante. Aún me tiene que cortar y peinar...
Supongo que ver mi careto ante tal espectáculo le inspiró el siguiente comentario con ánimo de apaciguar mi incertidumbre:
- Tranquila, cuando te lo seque y peine, verás los resultados.En cuanto terminó su "obra maestra", me acercó un espejo para que pudiera contemplar la parte trasera del peinado, detalle que acabó por ofrecerme el patético colofón de aquel experimento. Y con una sonrisa profidén, y un tono un pijomegaossssea me dijo:
- ¿Te gusssssta?...- Bueno... no está mal... me encuentro rara... - dije, en un intento infructuoso de ocultar mi disgusto...
- Claro, es que el cambio es muy brusco. Te encontrarás "rara" la primera semana...En esos momentos hubiera contestado groseramente haciendo mención a la madre del topo, "topotamadre", pero puse cara de circunstancia, me levanté del sillón y me encaminé hacia la caja para pagar lo antes posible y salir escopetada. Quizá me daría tiempo a pasar por casa y pillar una gorra, antes de ir a recoger a mi hija...
- Son 95,90 euros.
Hijjjadepu... ¿¿¿¿pero qué me has puesto??? - pensé...
Cierto era que me había vendido un champú "buenísimo", especial "para pringadas gilipollas como yo", y para que el color permaneciera más tiempo. Por supuesto, viendo los resultados finales, no tenía la menor intención de usarlo, a ver si con un poco de suerte, el puto tinte se iba pronto...
Fui directamente al colegio, pues acercarme casa ya me era imposible...
Cuando el A.D.F. salió, vino corriendo como una fierecilla recién desenjaulada y con la misma cara de alegría de siempre, es algo que me encanta. Pero según se detuvo frente a mí, me soltó a bocajarro así, sin beso ni nada:
- Pero... ¿qué te han hecho?...Diossss... Era la prueba que necesitaba para ratificarme que aquella peluquera había terminado definitivamente con mis esperanzas e ilusiones... Los borrachos y los niños, siempre dicen la verdad... ¿no es eso?...
- Vámonos a casa - musité cabizbaja y con un estado de ánimo a medias entre la depresión y el encabronamiento más absoluto...
Mi A.F.D., viendo el efecto que sus palabras habían generado involuntariamente en la autoestima de su madre, contestó:
- Mamá, no te preocupes. Tú siempre estás guapa...Y para terminar este post, un tema "diferente" a lo habitual en este rincón, pero que enlaza "extrañamente" con la entrada. La versión que yo conocía es de Vargas Blues Band. A pesar de la letra absurda de la canción, esta resulta buena en la interpretación de la banda latina, pero me ha resultado imposible encontrarla.
Charly García es, en este caso, el responsable de la asociación entre raros peinados nuevos, los enfermeros... en fin, qué pirada de pinza...
Casi como el de la peluquera...
Berni.
Lunes 24/1/11.
jajaja...!! No sabía yo que a los ficus les lloraran los ojos de la risa...Ay...no puedo!!
Sirenita, tu hija tiene razón: tú siempre estás guapa. No será pa'tanto ;DDD
Te lo digo yo, que fui el otro día y me puse un tinte algo...hummm...digamos oscuro-que-parezco-gótica, jejeje
¿¿¿Te han puesto a lo gótico??? Y con esa melenaza que tienes, impresionante.
Tenemos que quedar, nos vamos a echar unas risas...
Nos va a faltar Don Hilarión, porque la morena y la rubia ya las tenemos jajajajajajaaja!
Tú como mi hija:
Es que me miráis con buenos ojos...
:)
Y tienes razón, no es pa´tanto. Ha pasado el periodo de adaptación que la peluquera me dijo y ya no me veo tan rara. "Es lo que hay", que también dice mi hija...
Pero el primer día juro que me hubiera cargado a "la artista". Me dejó con una guisa a medias entre Crasty el payaso (pero con más pelo) y el tío del pelucón afro de 11811...
jajajajaja!
Dios... se me eriza el vello cuando lo recuerdo... jajajajajaja!
Recuerdo un vídeo sobre peluquerías... voy a buscarlo...
Cara la de mis compañeros una mañana... por la noche me estaba "retocando los laterales" con una cortadora eléctrica cuando se me cayó el peine de la misma (4x5 cm al 0). Tras mucho pensarlo, me rapé toda la cabeza, jejeje al día siguiente la gente no se atrevía ni a preguntar.
Un beso Berni, HOLA CHINOCHANO (sin dobleces).
Oye, si quedáis avisad por si las moscas, jejeje (mandad una foto por FB andaaaa)
Tenemos que quedar ¡ya! , aunque no se .... con una gotica y una 11811 jajajaja no se que ponerme para no desentonar demasiado jajajajaja pienso ir de negro riguroso ....
Enfermero9:
Tu cambio si que fue un Extreme makeover en toda regla. A muchos hombres les queda bien el look rapado a lo Zinedine Zidane. Les da un aire interesante.
Aunque según mi hermano, a Zizou no le queda más remedio que llevarlo, la alopecia le obliga...
:)
Yo el Facebook lo llevo mu mal, me da una pereza...
Tenemos que hacer una quedada "seria", reunirnos en algún punto que nos venga bien a todos... ¿que no?
Me alegra mucho saludarte en el rincón. Un beso grande.
Juana:
Si hay que ir de negro riguroso, se va... siempre me ha parecido un color muy elegante...
;) :)
Camino, di que no estaba tan mal, lo único es que cuando llegue a casa, casi casi no le quedaba nada del nuevo looookkk afropanocha, que tenía nada más salir de la pelú, yo que me esperaba una rubia imponente en casa, oooooohhhhhhhhh, desilusión, una zanahoria clarita, jjjjooooo, me quede con las ganas, “JAJAJAJAJAJAAAAAA”.
Enfermero09,, lo tuyo son narices, alguna vez, muy remota, he tenido la idea de cortarme al cero, pero me faltan hhhhuuuuummmm, ya sabes.
Juana el heavy y lo gótico a mí siempre me ha parecido de lo más sexy y atractivo, será por mis tiempos jóvenes……..
Venga, no se diga más, me pinto el tiesto de negro, y quedamos donde queráis ;P
¿Cuándo eran los carnavales?
Kakumi:
Siento tu desilusión... ¿Una rubia despapanante? En la pelu no se hacen milagros...
Tendrás que conformarte con tu "zanahoria clarita"
;):)