Creo, amiga Berni, que merece la pena apoyar cualquier iniciativa encaminada a cambiar la implacable inercia de esta dinámica insostenible e injusta.

Pero la naturaleza del tigre es ser tigre y la de la banca, la codicia. Cualquier apariencia contraria es sólo eso, una apariencia, un espejismo.

Son los políticos los que deben gobernar en otra dirección, son los consumidores, somos los que comemos todos los días. No la banca. Ahora, por ejemplo, se pretende que las rentas del trabajo dependan de la productividad. Pero más de la mitad de los beneficios que se generan con la producción van a las empresas y al capital. ¿Porqué no exigir a nuestros gobernantes que el reparto del esfuerzo sea más equitativo?

En fin, primero hay que sensibilizar a nuestras conciencias y esta iniciativa puede contribuir a ello. Bienvenida.