La muerte siempre nos pilla "desprevenidos".
Es algo que tenemos en mente, que sabemos que un día ocurrirá, como es lógico y natural, ya que es un hecho certero, y que va implícito a la condición mortal de todo ser humano.
Sin embargo el aceptar la muerte nos resulta complicado... y si hablamos de la pérdida que conlleva la muerte del ser amado, muchísimo más.
Hace unos días se me partía el corazón escuchando las palabras de un hombre mayor que esperaba, con gran tristeza y desesperación, la muerte de su esposa, a la que la ciencia ya no podía curar.
Me decía que su mujer había sido todo para él. Se conocieron con 17 años y llevaban juntos desde entonces, unos 62 años... toda una vida.
Ella lo había querido como nadie, lo había cuidado más que su propia madre, le había dado unos hijos maravillosos... Y ahora se iba a quedar solo, y sin todo aquel Amor, tan grande y sincero...
El hombre lloraba como un niño mientras lo relataba a los pies de la cama de su esposa, y yo no podía evitar sentir una profunda pena por él...
La muerte siempre es triste, aunque tendemos a pensar, quizá erróneamente, que la de alguien joven es más dramática y/o injusta que la de una persona que ha vivido muchos años.
Ahora, después de haber visto el rostro y los ojos de aquel hombre, opino de manera diferente...
Berni.
Lunes 16/11/09.
Eres la enfermera que conozco que mejor escribe...
Tremendo blog me hago seguidor¡¡¡
Descrubrí tu blog por casualidad, yo tengo un blog/podcast de radio pasate a visitarlo:
10historias10canciones
Todas las muertes son penosas,mayores,jóvenes,niños,bebes....en esta vida,a lo que más temo y lo siento porque soy padre,sería perder a mi hija,creo que no lo soportaría,es más solo de pensarlo se me saltan las lágrimas.
Espero que en esta vida,sea yo el que se vaya primero y se lo pido a dios muchas veces,que lo que le tenga que pasar a mi hija o mi mujer,me pase a mí...
Un saludo
... los que hemos nacido para vivir tenemos que sufrir el dolor de esta enfermedad inevitable que es la muerte de los demás, la muerte del ser querido o de aquel que al morir se revela como imprescindible para continuar viviendo...
Mi padre falleció pegado a un respirador después de una operación de la que yo he sacado a muchos pacientes. Tuve la suerte de tener su mano cogida, mientras mi madre y mis hermanos estaban detrás de un cristal.
Mi madre nos dejó mientras etaba sentada en su sillón, cerca de su cama, rodeada de sus hijos, con sus manos entre nuestras manos, mirándonos a cada uno de nosotros, mostrándonos su cariño, su cansancio, su esperanza...
Entiendo la muerte de mi madre. Todavía me cuesta aceptar que mi padre tenía que morir.
La muerte es la muerte y no hay más ... hace dos días fallecio un paciente que paso sus últimos días en su casa ....... fue terrible para su esposa ver el agravamiento y final de la vida de su compañero .... es tan difícil presenciar una perdida yo miraba al médico de cabecera es muy joven y estaba totalmente ido el es un especialista de tomo y lomo ....... sus pacientes son ancianos pero este episodio dolía desde el fondo del alma ....... la esposa del paciente me miraba y esa mirada era de ayúdame por favor y ahí estábamos con ella ........... saben es una de tantas que han pasado en mi vida, pero yo no me acostumbro a ninguna perdida..........
Me acostumbré a algunas pérdidas, pero no a todas, mi padre murió, lo entendí y lo acepté sin problemas. Uno de mis compañeros más queridos murió y lo entendí, pero me costó aceptarlo.
A veces me cuesta más tiempo aceptar algunas cosas, pero se que La Vida posee una sabiduría impresionante. Infinitamente mayo que la que yo poseo.
Ordago13:
Muchas gracias por tu apreciación.
Me gusta expresar lo que siento en éste blog, es uno de los motivos por el que escribo. No creo que lo haga bien, al menos todo lo bien que me gustaría, porque el don de las letras y las palabras no lo poseo, pero creo que escribir con cierta gracia también se puede aprender. De cualquier manera, me anima saber que hay gente a la que le gusta entrar en el blog y leer lo que cuelgo.
Gracias.
Capitán Garfio:
Yo siento lo mismo que tú.
Es pensar en la pérdida de mi hija y ponerme mala.
Creo que es algo común en todos los padres, porque la muerte de un hijo es lo peor que te puede pasar, sin duda...
Pero la naturaleza humana es tremendamente fuerte, no sabes hasta qué punto, yo lo he aprendido gracias a mi trabajo.
Conozco varios casos de padres que han perdido a sus hijos y siguen viviendo, "lo han soportado"...
La vida, después de un hecho así, es mucho más triste, a ratos sin sentido, pero continúa, y quieres vivirla (por otros hijos, por tu pareja, cada uno tiene sus motivos fuertes para continuar...)
Yo siempre digo que me moriría si me faltara mi hija, que no querría seguir viviendo... pero conociendo los casos que te digo (que jamás pensarían que se iban a quedar sin su hijo/a), lo mismo si sería capaz de soportarlo y sobrellevarlo...
No sé... ojalá jamás nos veamos en tales circunstancias, pero la vida es un misterio y no sabemos lo que nos depara...
Un beso, Capi.
Javier:
Me encanta cómo describes la muerte de los demás "esa enfermedad inevitable".
¿Tú crees de verdad que "somos imprescindibles" para otros?
MiAnestesista:
El concepto personal que todos tenemos acerca de una "buena muerte" influye notablemente sobre nuestra aceptación y superación de las pérdidas de los demás, sobre todo de los seres queridos.
Es algo muy lógico, y también interesante. Creo que voy a escribir un post sobre de ello.
Gracias por compartir ese momento tan duro e íntimo para ti con todos nosotros.
Grasiete:
"este episodio dolía desde el fondo del alma"...Bien lo expresas.
Eso es lo que sentimos y/o percibimos, a veces, con las pérdidas de algunos pacientes...
Yo tampoco me acostumbro...
Juana:
Entre entender y aceptar hay un paso que en ocasiones, no sabemos por qué, no somos capaces de dar...
¿Es la sabiduría de La Vida?
Probablemente...
Llegar a esa sabiduría es sólo un don para unos pocos, los Maestros, como tú dices... pero tú eres una alumna brillante. Seguro que lo consigues...
El amor no tiene edad, el sufrimiento tampoco, ni el abandono, ni la soledad. Desgraciadamente damos por hecho que el amor es para los jóvenes y la soledad para los viejos.
También he visto esa desesperación en una persona mayor viendo morir a su compañero de toda la vida.
Mucha verdad hay en todo lo que dices, Sonsoles.
Gracias por tu comentario.