Eso es lo que nos viene a decir el estudio de la doctora Carey Morewedge y su equipo de la universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh, y que se publica hoy en la revista Science en el artículo titulado 'Thought for food: imagined consumption reduces actual consumption'
En dicho trabajo se exponen las conclusiones de unos experimentos realizados con varios grupos de participantes.
A unos les pidieron que se imaginaran comiendo grandes cantidades de chocolate o queso, a otros que se imaginaran comiendo pequeñas cantidades de estos alimentos y más de otro tipo de comida, y a un tercer grupo, que se imaginaran realizando otra actividad completamente diferente.
Después los investigadores pusieron a cada integrante de los tres grupos, unos platos repletos de bombones y queso, y les permitieron comer lo que les apeteció.
Los resultados fueron sorprendentes:Los participantes que en un principio se habían imaginado ingiriendo gran cantidad, en realidad comieron mucho menos que los demás.
Por lo cual, concluyen que la recreación o la visualización del proceso de comer, degustando cada bocado, masticando y tragando, puede ser positivo para regular comportamientos en dietas y ayudar a disminuir la compulsión de la ingesta en pacientes con problemas de este tipo.
Al parecer el fenómeno conocido como "habituación", juega un papel fundamental en esta historia.
Si antes creíamos que regocijarnos en el pensamiento de nuestros manjares preferidos nos inducía a ir a la nevera a atiborrarnos, para después arrepentirnos miserablemente, estábamos en un error.
Yo, qué quieren que les diga. A estas horas, y después de leer lo leído, me voy directa a la cocina. Estoy visualizando el formidable bocadillo de orgullo ibérico que me voy a meter entre pecho y espalda. Después, quizá, me de al chocolate y termine con las ya escasas existencias de esos bombones de licor que sin saber cómo, "se cayeron" dentro de mi carro, el otro día en el supermercado...
Así es imposible presentarse en la Unidad de Lípidos con un mínimo de vergüenza.Creo que lo dejaré para después de las fiestas...
Berni.
Viernes 10/12/10.
!Genial¡ ¿Cómo no se me había ocurrido antes? Como todo en la vida donde termina la realidad y dónde empieza la fantasí. Soñar es fundamental.
Pues parece que, en este caso, soñar o imaginar, afecta más de lo que creemos a la realidad...
Felices sueños para ti, Colorín
:)