¿Hay algo más bello y beneficioso que el poder regalar vida después de que esta "nos abandone"?
Creo, sinceramente, que pocos actos son tan fructíferos y generosos como la donación de órganos tras el fallecimiento. El grandioso regalo que esto supone lo conocen bien aquellos que han vuelto a nacer tras un trasplante, así como los donantes y las familias de estos, que en pleno duelo por la pérdida de un ser querido, se muestran favorables a la donación.
Si bien es cierto que actualmente me encuentro involucrada profesionalmente con el proceso de donación y trasplante, desde que tengo uso de razón, siendo muy niña, he dicho infinidad de veces a mi familia (mis padres y hermanos) que cuando muriera quisiera ser donante de órganos, "de todo aquello que se pudiera utilizar". A mi madre no le gustaba que hablara de ese tema, como es lógico, ya que el horror de la muerte de un hijo es algo que ningún padre quiere imaginarse, y siempre me decía que eso ocurriría después de que ella muriera, ya que por ley natural así sería... pero yo, por si acaso, insistía...
El deseo de donación es algo que se ha acrecentado con los años y el pleno convencimiento de que si es posible aumentar la vida y la calidad de la misma de otras personas cuando nos hayamos ido de este mundo, ¿por qué no? Es lo razonable y lo más lógico...
A mi marido y a mi hija los tengo "breados" con el tema, y aunque soy consciente de que lo más probable es que mis deseos no se cumplan (pues sólo un porcentaje muy escaso de las personas que fallecen lo hacen en condiciones de ser donantes), si por circunstancias de la vida se encontraran ante tal coyuntura, sé con seguridad cuál será su respuesta...
Berni.
Miércoles 1/6/2011.
A mi también me gustaría que alguien pudiera aprovechar mis órganos para seguir viviendo (ambos) ;-)
http://www.youtube.com/watch?v=1rFmpFV5q70
Prolongar nuestra vida en la de otros, o prolongar la de otros con parte nuestra...
Es una opción si, como a Sabina, la reencarnación no convence...
:)