Su  silla  se  detuvo  un  instante  frente  a  la  salida  de  la  unidad,  el  tiempo  justo  para  que  el  celador  abriera  las   puertas,  la  casualidad  y  una  necesidad  de  solucionar  un  tema  de  farmacia,  me  hicieran  coincidir  en  el  mismo  pasillo  con  él.

- Hola  Esther...  mira,  ya  me  marcho...
- ¡Pero  bueno,  qué  alegría!  ¡Ya  estás  de  alta!  ¿Ves  cómo  todo  llega?.  ¡Y  me  estás  hablando!  Es  la  primera  vez  que  escucho  tu  voz,  te  han  decanulado,  no  me  lo  puedo  creer...  cuánto  me  alegro,  de  verdad...
- Sí...  espero  no  tener  que  regresar...  Me  queda  un  tiempo  de  estar  allí  arriba...
Volveré  de  visita,  aunque  sea  con  "estas  pintas",  no  creo  que  tenga  problemas  para  venir  a  visitaros,  bueno...  no  sé  si  cuando  venga  tú  estarás  o  te  habrás  marchado...
- No  lo  sé,  pero  si  aquí  sigo,  me  encantará  verte  de  nuevo.  En  cualquier  caso  espero  que  todo  te  vaya  muy  bien...

Cuando  un  paciente  con  el  que  has  estado  luchando  semanas,  sale  por  la  puerta  de  la  unidad  y  se  despide,  una  sensación  de  entusiasmo  y  una  emoción  enorme  te  sobreviene.
Obtienes  la  confirmación,  tantas  veces  negada,  de  que  la  esperanza  y  la  fe  son  valores  que  indudablemente  han  de  estar  presentes  en  nuestro  "combate"  diario,  y  no  debiéramos  permitir  nunca   dejarnos  llevar  por  el  desánimo.  Por  ellos,  primero,  y  después  por  nosotros  mismos.

Tras  cruzar  aquel  marco  y  cerrarse  el  paso,  un  pensamiento  furtivo  atravesó  mi  pensamiento.  Inevitable  incertidumbre,  teniendo  en  cuenta  el  pésimo  pronóstico  de  aquel  paciente.  Debe  ser  el  "efecto  portón",  me  digo...
Un  segundo  después,  como  si  se  tratase de  un  contra  ataque  de  mi  zozobrante  optimismo,  me  acordé  de  unas  palabras  suyas,  vocablos  mudos  que  salieron  de  sus  labios  sin   sonido,  arrebatado   por  la  cánula  de  traqueostomía.  
Aplastante  respuesta  la  de  una  mañana,  cuando  le  pregunté  cómo  estaba:

- Un  día  más...  Un  día  más  aquí,  con  vosotras...

Another  day,  for  you  and  me,  in  paradise... 

Aunque  no  tenga  que  ver,  me  viene  a  la  memoria  Phill  Collins  y  su  famoso  tema  dedicado  a  los  Homless,  desprovistos  igualmente  de  esperanza  y  fe...

Just  think  about  it...
Oh,  Lord,  there  must  be  something  you  can  say...


Berni.
Domingo  28/11/10.
5 Responses
  1. FJavier Says:

    "Leyendas épicas para ser incluidas en ese libro aún pendiente de escribir sobre la mitología de las sirenas. Un océano que se vuelve irremediablemente pequeño para un corazón tan cercano al dolor, la soledad y la desesperanza humanas tiene necesariamente que dejar ir a sus hijas a tierra firme."

    Phill Collins ni se lo imagina.


  2. kakumi Says:

    Desde el punto de vista del paciente, siempre es bonito y agradable, cuando sales de una situación así, tener el encuentro con un ángel, que te ha estado cuidando y dando esperanza durante toda tu estancia en ese servicio hospitalario, cuando sales y ves un pequeño rayo de luz, tener la suerte de poder despedirte de esa persona que te ha cuidado tanto tiempo tiene que ser, como una explosión de alegría muy grande.
    Gracias a personas que tienen el corazón tan grande como el tuyo, esos momentos tienen que ser de los más alegres (dentro de la preocupación) que una persona pueda vivir.
    GRACIAS A TI POR TODO LO QUE DAS Y HACES SENTIR.


  3. Berni Says:

    Javier:
    A veces las sirenas también zozobran...
    Phill C. ni se lo imagina...
    :)

    Kakumi:
    No quisiera hacerte perder la fe en los "espíritus celestes", pero esos sólo existen allá arriba... ;)

    Gracias a ELLOS (los pacientes), que me dan todo yo les puedo ofrecer, pero multiplicado por tres, cuatro, cinco...
    Un besote.


  4. Me pasa lo mismo cuando después de un tiempo viniendo a la sala de quimio a ponerse tratamiento, una persona viene diciendo que ya solo tendra q volver a revisiones en la consulta médica. "Ya nos vemos, pero en la calle, no aquí" es una frase típica del paciente recuperado jeje Un beso :)


  5. Berni Says:

    Una Ana en Concreto:
    Y qué gusto da escucharlo de boca de un paciente, con la alegría que lo dicen...
    Te contagia su dicha, y "te llenas" de esos momentos irrepetibles... ¿verdad?
    Me alegra verte por aquí :)
    Un beso.