Hace  tan  sólo  unos  días,  el  marido  de  una  enferma  que  estaba  para  salir  a  la  planta,  se  acercó  a  mí  en  la  hora  de  visita  y,  tendiendo  su  mano  para  estrechar  la  mía,  me  dijo:

- Esther,  soy  el  marido  de  Pilar.  Como  ya  nos  han  dado  el  alta  y  probablemente  no  la  veré  más,  quería  decirle  que,  por  como  he  visto  que  se  mueve  y  se  desenvuelve,  creo  que  es  usted  una  gran  profesional,  y  por  lo  que  me  ha  dicho  mi  mujer,  además  una  gran  persona.  Muchísimas  gracias  por  todo lo  que  ha  hecho  usted  por  ella  en  estos  días,  ha  sido  un  verdadero  placer  conocerla.

Me  quedé  totalmente  patidifusa  y  bloqueada,  no  supe  bien  que  decir.  Creo  que  incluso  me  sonrojé...
Le  agradecí  mucho  sus  palabras  y  comenté  que  el  placer  había  sido  mío,  por  haber  conocido  a  su  esposa,  una  mujer  llena  de  valor.  Le  deseé  una  pronta  y  total  recuperación  y  que  todo  les  fuera  bien.
Quizá debiera haber reaccionado de otro modo, no sé si mostrar sorpresa o el no saber qué decir en determinadas situaciones denotan cierta falta de madurez, lo cierto es que yo soy incapaz de ocultar o disimular algunas de mis respuestas.
Las  palabras  de  agradecimiento  personales  y  directas  de  parte  de  los  familiares  no  son  muy  frecuentes,  y  menos  expresadas  de  una  manera  tan  sincera  e  "impactante". 
En  ocasiones  recibimos  cartas  de  felicitación  para  todo  el  personal,  escritos  que  nos  hacen  llegar  desde  "Atención  al  Paciente"  y  que  reflejan  la  gratitud  por  el  trabajo  hecho,  por  el  cariño  y  la  profesionalidad  mostrada  para con  sus  familiares  ingresados  en  el  servicio.
Creo  que  en  medio  de  todo  el  maremágnum  de  insatisfacciones,  quejas  y  reclamaciones  por  parte  de  los  usuarios  del  sistema  y  también  de  aquellos  que  estamos  inmersos  en  él  como  profesionales,  estas  pequeñas  demostraciones  de  afecto,  que  son  muy  grandes  a  la  vez,   se  tornan  necesarias,  incluso  imprescindibles,  para  confirmar  la  confianza,  la  fe  y  la  esperanza  compartida  por ambas  partes,  ineludibles  integrantes  de  una  simbiosis  tan  particular  que  nos  atrapa  a  todos, lo  queramos  o  no, en  algún  momento  de  nuestra  existencia.

Gracias.



Berni.
Martes  2/11/10.


4 Responses
  1. enfermero9 Says:

    Pues sí apañera del metal, es una de las cosas más reconfortantes que te pueden pasar en este trabajo, si la gente lo supiera a lo mejor lo hacía más a menudo, porque cuando cometes el más mínimo error sí que se te echan al cuello. Enhorabuena.


  2. El agradecimiento es la mejor recompensa para el trabajo bien hecho.
    Para enfermos y familiares es absolutamente reconfortante sentirse en manos de profesionales en momento difíciles.
    Gracias Sirenita y a todos aquellos que hacen posible un trato más humano en esos momentos.
    Un beso.


  3. FJavier Says:

    El reconocimiento es siempre bienvenido, deberíamos de utilizarlo más aún en cualquier ámbito.
    Pero en este mundo de la asistencia es especialmente valorado y necesario porque hay un inmenso universo, desconocido para los pacientes e invisible para la mayoría, de intereses ajenos al profesional que dificultan enormemente el poder prestar una asistencia de calidad. Aún así muchos lo consiguen. Como tú, Berni.
    Mi más sincera enhorabuena.

    Un abrazo.


  4. Berni Says:

    enfermero9:
    Tú lo sabes bien y comprendes perfectamente ese sentimiento tan gratificante. En cuanto a lo de "echarse al cuello", creo que, en general, la sociedad se está volviendo excesívamente exigente e intolerante. Se empatiza poco, en todos los frentes, y es un círculo vicioso que hay que intentar romper...

    angelitapapafrita:
    Totalmente de acuerdo contigo, siempre me pongo "al otro lado de la cama" y cuando tu salud y tu vida depende de otras manos, deseas que esas sean las mejores.
    Un beso grande.

    Javier:
    Tienes mucha razón en relación al inmenso universo que existe y que es desconocido para los pacientes. Todos los días nos enfrentamos a factores que dificultan o imposibilitan nuestro trabajo y un buen hacer. Enfrentarse a ellos y tratar de vencerlos requiere un esfuerzo titánico y agotador. El agradecimiento es un feedback que retroalimenta el sistema y los elementos que formamos parte de él.
    Un abrazo, querido Javier.