Hoy el día se ha levantado con un paisaje típicamente otoñal.
Desde las primeras horas se vislumbraba un tímido sol que después decidió no salir y quedarse oculto tras la dispersa nubosidad. Al final la lluvia ha hecho acto de presencia, si bien no se ha dejado notar con contundencia, como en los últimos días estivales, hemos entrado al juego con el paraguas ( ahora lo abro, ahora lo guardo...), debido a la caprichosa e intermitente aparición del agua...
Cuando volvía del colegio con mi hija me he encontrado a una vecina a la entrada del portal, que con el semblante gris, igual que el día, me decía -Ya hemos entrado en el Otoño de lleno... ésta lluvia... uf, con lo que odio el frío... sería feliz si tuviéramos sol y calor todo el año...-
Su comentario me resulta familiar, es como si me estuviera escuchando a mí misma refunfuñar por el tiempo...
Prometo no quejarme más. Estamos en la estación más melancólica del año, es lo que hay, pero no me dejaré influenciar por la meteorología más de lo necesario.



Bueno, sólo un poquito...