Algunos de los comentarios de las dos entradas anteriores y el tema en sí mismo de los post, me han hecho recordar los rostros de algunas personas excepcionales que conocí hace años en el hospital, pacientes a los que cuidé con mucho gusto y que me enseñaron tantas cosas bellas...
Por desgracia, la mayor parte de ellos ya no están vivos, pero recuerdo perfectamente cada uno de sus nombres y las intensas experiencias que compartí, tanto buenas como malas, permanecen íntegras en mi memoria.
Es cierto lo que Ton decía en un comentario previo. Las personas que nos dedicamos a ésto de la salud nos dejamos la piel y a veces el alma en ello, pero hay actos que nos compensan infinitamente por todo el esfuerzo invertido:
la plena confianza mostrada, el dejarse llevar en momentos muy íntimos y críticos, la superación del dolor... en definitiva, la entrega casi absoluta que tienen que hacer de sí mismos.
Todo lo anterior me llena de orgullo y satisfacción y pienso en lo afortunada que soy al haber tratado con gente tan generosa.
Llevaré sus voces y sus rostros muy dentro de mí... espero recordarlos siempre, sobre todo en malos momentos... sin duda me ayudarán a superarlos.
Esta es una canción que descubrí por casualidad... Cuando la escuché por primera vez pensé ¿pero quienes son éstos tipos? y no me gustó mucho.
Ahora la canturreo con frecuencia y me parece de una sensibilidad extrema.
Quizá pueda parecer un tema no muy apropiado para este post. A mí me trasmite un sentimiento profundo de apego cariñoso hacia seres que nos han marcado y que hemos querido de alguna manera... y que llevaremos siempre dentro.