En una ocasión una sabia persona me dijo que era muy importante aprender a perdonar a los demás... pero sobre todo, a uno mismo.
"I´m going down
won´t you help me?
save me from myself...
I hear the sound of a memory
maybe time will tell
suddenly my life is like a river
taking me places I don´t want to go
but like all good men who swim too well
it takes all that I have just cry for help
then that voice in my head
tells me no
I´m going down
won´t you help me?
save from myself
I look around for a fantasy
maybe
who can tell?
let me live my life beside the river
take me to places where a child can grow
and then
maybe the boy inside will forsake me
maybe
the child in me
will just let me go...
I´m going down
the cold, cold water is rushing in
I´m going down
and I would beg to be forgiven
if I knew my sin..."
Lo que verdaderamente "me engancha" de la vida, en general, son las sensaciones emocionales que me transmiten las cosas, las situaciones o las personas, no ellas en sí mismas.
Es una auténtica desventaja si no hay cierto control sobre la avalancha emocional que suponen las constantes percepciones (algo que estoy aprendiendo a hacer), pero el disfrute máximo de todo es incomparable.
No sé cómo explicarlo...
Una pena no sentirlo, para poderlo entender.
He aprendido a "manejar" la avalancha emocional jajajaja se requiere práctica, pero se consigue .... sin perder un ápice de sensibilidad, practica, practica, merece la pena.
He perdonado y perdono todo, a mí misma y a los demás, vivo permanetemente en una división de resto cero.
Estamos en ello, querida Juana, estamos en ello...
Un besote.