El paciente de la cama **** necesitaba un cambio de vía central lo antes posible, ya que los cultivos sanguíneos extraídos días previos así lo indicaban...
La enfermera dispuso todo mientras la residente se aseguraba una correcta asepsia manual debajo del grifo.
Compresa estéril para secarse, la bata, los guantes, los paños... todo como siempre...
La técnica resultó algo difícil, no todas las cosas salen bien a la primera, y el nerviosismo y el enfado de la doctora empezó a proyectarse sobre los de alrededor...
Cuando la vía estuvo canalizada, la enfermera procedió a ayudar a comprobar la permeabilidad de las luces de la manera habitual, pero la residente quiso hacerlo sola.
- Dáme suero salino y las alargaderas...
- ¿Las quieres heparinizar ya y así fijas la vía con tranquilidad y evitas que se obs...?
- No, te he dicho que sólo quiero suero...

Después de dar un par de puntos la residente quiso heparinizar las llaves, no dándose cuenta que las luces estaban clampadas...

- Joder, vaya mierda...- farfullaba entre dientes...
Su obcecación hizo que la presión empleada con la jeringa se tradujera en un chorro de sangre que salió por el otro tapón de la llave y se eyectó directamente sobre la cara y los ojos de la enfermera.
Ni una pequeña disculpa, sólo un escueto ay de sorpresa salió de la boca de la residente...

Al terminar la técnica la enfermera dijo:
- Te voy a pedir dos cosas por favor:
Un volante para la placa de control de la vía y otro para una serología de la paciente...
- ¿Serología? No es necesario...
- Hombre, pues sí lo es, que me he llenado de sangre la cara y me ha caído en todo el ojo...
- Pues si sólo era suero...
- Mira mi pijama, por favor... el suero no tiene este color...
-Bueno, vale, haré el volante de la serología...
¿Y la placa? ¿Para qué quieres un volante de placa?...

Este es un episodio real vivido por una compañera en una mañana cualquiera, en un momento de rutina laboral habitual.
En ocasiones me pregunto por qué algunas personas proyectan sus frustraciones personales y/o laborales sobre otros con los que trabajan, y también por qué toleramos que nos traten de semejante manera, con tan poco respeto.

Creo que las palabras y las buenas intenciones no pueden solucionar un problema de educación básica, de la que carecen muchas personas.
Para eso están otros niveles superiores y otra metodología de actuación, a los que debemos acudir cuando surjan demenciales incidentes de este tipo.
No debemos tener miedo a denunciarlos, porque esto es parte de lo que nos asegura nuestra dignidad y nuestro propio respeto.

A veces dan ganas de cantar a gritos y con descaro lo que la gran Aretha pide con insistencia, sin tener en cuenta el carácter reivindicativo del tema sobre algunas actitudes masculinas... solo RESPETO!