El comportamiento "bipolar" de algunos individuos es más frecuente de lo que la gente se piensa, tanto por extensión, en cuanto a número de afectados, como por frecuencia de aparición.
Es un tipo de actitud que, sin rozar ni meternos en lo verdaderamente patológico, muchas personas exhiben a diario en su vida cotidiana. Y otros lo aceptamos casi con resignación, cuando conociendo al individuo afecto y apreciándole, a pesar de todo, no damos importancia a sus desvaríos.
Unas veces "lo sufrimos" en silencio, como las hemorroides, otras nos tocan demasiado las narices y nos quejamos convenientemente, con lo que podemos conseguir dos respuestas por parte del bipolar en cuestión:
a) Que el sujeto distorsionante se de cuenta de su mala actitud, recule, pida perdón (rarísima la ocasión) y rectifique su conducta "hasta que le vuelva a dar de nuevo el brote".
b) Que la cosa se ponga mucho más tensa y el individuo estalle en incontrolable reacción, lo que, al final, resulta peor, no siendo mejor el remedio que la enfermedad en estos casos...
Lo malo es que no sabes nunca por dónde van a salir. En situaciones así me quedo "pillada", estoy desentrenada en estos menesteres, porque, afortunadamente, en mi entorno más cercano no tengo a nadie que me desconcierte con tan confuso e imprevisible comportamiento.
El vivir con alguien con un carácter tan explosivo y cambiante debe ser verdaderamente extenuante.
¿Divertido por lo sorpresivo que puede resultar?
No lo creo, al menos a mí no me gustan ese tipo de sorpresas...
Que se lo digan a Katie Perry, a ver qué opina...
Bueno, querida, tanta indecisión no se si te conviene... aunque creo que ya lo sabes...
Pero claro, con tus ganas "por probar" esos juegos experimentales...
Es un tipo de actitud que, sin rozar ni meternos en lo verdaderamente patológico, muchas personas exhiben a diario en su vida cotidiana. Y otros lo aceptamos casi con resignación, cuando conociendo al individuo afecto y apreciándole, a pesar de todo, no damos importancia a sus desvaríos.
Unas veces "lo sufrimos" en silencio, como las hemorroides, otras nos tocan demasiado las narices y nos quejamos convenientemente, con lo que podemos conseguir dos respuestas por parte del bipolar en cuestión:
a) Que el sujeto distorsionante se de cuenta de su mala actitud, recule, pida perdón (rarísima la ocasión) y rectifique su conducta "hasta que le vuelva a dar de nuevo el brote".
b) Que la cosa se ponga mucho más tensa y el individuo estalle en incontrolable reacción, lo que, al final, resulta peor, no siendo mejor el remedio que la enfermedad en estos casos...
Lo malo es que no sabes nunca por dónde van a salir. En situaciones así me quedo "pillada", estoy desentrenada en estos menesteres, porque, afortunadamente, en mi entorno más cercano no tengo a nadie que me desconcierte con tan confuso e imprevisible comportamiento.
El vivir con alguien con un carácter tan explosivo y cambiante debe ser verdaderamente extenuante.
¿Divertido por lo sorpresivo que puede resultar?
No lo creo, al menos a mí no me gustan ese tipo de sorpresas...
Que se lo digan a Katie Perry, a ver qué opina...
Bueno, querida, tanta indecisión no se si te conviene... aunque creo que ya lo sabes...
Pero claro, con tus ganas "por probar" esos juegos experimentales...
¿No te han dicho nunca que la curiosidad mató al gato?...
El individuo bipolar en cuestión, el que me ha inspirado en esta entrada, es un compañero de mi servicio.
Yo le aprecio mucho porque se preocupó bastante de mí y de "mover sus hilos" cuando estuve ingresada por un pequeño percance, lo que es de agradecer.
Últimamente no coincido casi con él... pero creo que se está reformando, porque el trato con los demás parece ir mejorando, por lo que me cuentan...
Es un tipo inteligente, muy buen profesional y muy agradable, cuando quiere, pero le fallan las formas... y eso le pierde...
Nunca es tarde para redimirse... :)