A ver... cómo plantear la cuestión...

Imaginaros que tienes una paciente a la que vas a extubar "con más miedo que vergüenza", como se suele decir, porque es la típica enferma que, o se le quita el tubo "a lo mecagüen", o se lleva una traqueotomía de regalo. El límite de días de destete ya hace tiempo que se rebasó, y el margen que le se dio para no hacerle ese estupendo presente, ha sido más que amplio...
Bien...describo la escena, pues...

Señora de 50 y tantos... intubada desde que llegó del quirófano tras una cirugía urgente, hace unos 25 días...

De la operación, bien, gracias, pero de lo suyo... sus pulmones son como dos globos de corcho... no sé si la comparación es muy apropiada, pero la capacidad de llenado debe ser similar en ambos casos... bueno...

- Vamos a extubarla - dice el médico - tened preparado el carro de parada cerca por si hay que reintubar y todo lo necesario para hacer la traqueo posteriormente...

- Vale, sin problemas....- dice la enfermera, intentando templar los nervios que la carcomen por dentro...-

- Bueno, XX - así llamaré a la paciente, un nombre extraño pero apropiado para ella, luego ya veréis por qué...- la vamos a quitar el tubo de la boca para que pueda respirar sola y nos pueda hablar... pero ahora tiene que concentrarse en eso, respirar bien y no ponerse nerviosa...¿ de acuerdo?"...

XX asiente ansiosamente.
La mujer tiene unas ganas locas de que le quiten el tubo, y no me extraña... debe ser lo peor... un trozo de "manguera" entrando por tu boca y llegando casi hasta el corvejón... bueno, "sólo" hasta la tráquea... pero no se lo deseo ni a mi peor enemigo...

Todo preparado:
La paciente y el tubo, el carro de parada a medio metro, la enfermera, la auxiliar, dos médicos... todos allí expectantes...

- Procedamos, pues...

Desconexión del oxígeno, aspiración de secreciones, desinflado del neumotaponamiento, retirada del tubo progresivo mientras se aspirar más secreciones, colocación de mascarilla con O2...

XX está "como un tomate", sus irritados ojos azules se quieren salir de las cuencas y sus manos nerviosas con movimientos rápidos, nos indican que la maniobra de extubación es, para quien la sufre, paradójicamente tan desagradable como liberadora... por eso debe realizarse de manera rápida, aunque no brusca, y hay que tranquilizar verbalmente al paciente...

- Venga XX, que es sólo un momento, no te pongas nerviosa, que lo estás haciendo muy bien, eres toda una campeona...
Ahora no hables, sólo respira...

Parece que todo ha ido bien, aunque XX es una de esos enfermos con patología respiratoria crónica que no te ofrece ninguna garantía...
Habrá que estar muy pendiente...

Pasados unos minutos a la enfermera se le ocurre preguntar, como es natural:
- ¿Cómo estás? ¿ Qué tal te encuentras ya sin el tubo?

XX se quita momentáneamente la mascarilla y, ni corta ni perezosa, suelta a bocajarro:
- Bien, pero tengo unas ganas de irme a mi casa para F*LLAR!!!!...

J*****der!!!
¿ Cómo se te queda el careto cuando oyes algo así ?
La verdad es que a lo primero, te parece no haber escuchado bien, pero cuando de forma instintiva e inmediata vuelves a preguntar "¿ cómo has dicho ?" y vuelves a obtener la misma respuesta, clara y contundente...

Siempre tenemos presente que no es profesional reírnos en circunstancias similares, pero a ver... a veces ésto es inevitable...
Los pacientes nos proporcionan con su espontaneidad momentos curiosos y divertidos, no todo van a ser penas...

La respuesta de XX, que estaba perfectamente en sus cabales, me plantea un tema para un nuevo post:
La necesidad sexual del ser humano en situaciones extremas, como es el caso de encontrarse gravemente enfermo en una UVI.
¿ Pueden estar abolido el deseo sexual en esas circunstancias, o por el contrario, ser una fuerte necesidad que, evidentemente, no puede ser satisfecha en esos momentos?
¿ Cómo nos enfrentamos los profesionales ante esas necesidades básicas del paciente ?...

Si es que, éste trabajo es toda una fuente de inspiración...
4 Responses
  1. Juana Says:

    ¡Qué honestidad! tenía la señora jajaja y es difícil no reirse, si es que os pasa cada cosa .....


  2. Berni Says:

    Si si, las cosas claras... por su nombre...jajajaja!


  3. Eva Says:

    A mí estas cosas me siguen sorprendiendo porque no las entiendo. Es como si estás una semana sin poder comer nada y cuando por fín lo puedes hacer, lo que más te apetece es tomar caviar. Cuando empecé a trabajar en la UVI, recuerdo a un paciente que pasó por una cirugía de esófago. Se torció, estuvo mucho tiempo conectado a un ventilador y un día, cuando estaba empezando a mejorar a duras penas y ya respiraba y comía por sí mismo, con la ayuda del enfermero dimos los tres un pequeño paseo al lado de su cama. El paciente estaba obcecado en ir hasta la mesilla de enfrente y no sabíamos para qué. Leyendo sus temblerosos labios (tenía hecha una traqueotomía)supimos que lo que quería era fumarse un cigarro porque pensaba que tenía allí su paquete de tabaco. (0o)


  4. Berni Says:

    Imagino que para entenderlas hay que vivir una experiencia similar, ponerte en el pellejo de ellos...
    De todas formas hay casos incomprensibles, de tremenda terquedad, respecto a lo que tú cuentas...
    Recuerdo un chico, obeso mórbido, que le hicieron un by-pass gástrico y cuando salió a la planta se encerró en el cuarto de baño y se bebió casi las reservas de los pantanos madrileños...
    Al día siguiente lo teníamos de nuevo en la UVI, reintervenido de urgencia, por supuesto... y malísimo...