Hoy el Dr. Maño, bloguero estrella de DM y querido Amigo mío, ha dedicado una entrada muy especial a todos los colegas enfermeros que sufren cada día y cada noche los "trastornos" derivados de su noble profesión.
Los turnos rotatorios, el factor estrés, común en el ámbito sanitario y que se exacerba en ciertas unidades, y el trabajar de noche parece que son, según infinidad de estudios publicados en literatura científica, factores predisponentes a tener en cuenta en el desarrollo de ciertas patologías, o síndromes, tales como diabetes, enfermedades psiquiátricas, trastornos de sueño, enfermedades coronarias, trastornos gastrointestinales, accidentes laborales e incluso cáncer.
Los turnos rotatorios, el factor estrés, común en el ámbito sanitario y que se exacerba en ciertas unidades, y el trabajar de noche parece que son, según infinidad de estudios publicados en literatura científica, factores predisponentes a tener en cuenta en el desarrollo de ciertas patologías, o síndromes, tales como diabetes, enfermedades psiquiátricas, trastornos de sueño, enfermedades coronarias, trastornos gastrointestinales, accidentes laborales e incluso cáncer.
Es cierto que hay compañeros que trabajan en turnos nocturnos fijos por conveniencia personal, bien porque dicen conciliar mejor la vida laboral y la familiar, bien porque les permite proseguir los estudios, etc...
Pero lo que tenemos muy claro aquellos que hacemos noches, es que esa mayor "flexibilidad" o disponibilidad de tiempo durante el día es siempre a costa de restar tiempo y calidad al sueño, que nunca llega a ser tan reparador como cuando se realiza de noche, lo que se traduce en una disminución de la calidad de vida para el que está sometido a dichos horarios tan dispares y perjudiciales para el organismo.
El estrés que sufrimos los enfermeros (y en general el personal sanitario), se deviene de muchos factores, de los cuáles se me ocurren algunos:
- El contacto continuo con la enfermedad, el dolor y la muerte, más agudizado o de mayor calado en determinadas unidades (UCI, Urgencias, Oncohematología, etc)
- La carencia de recursos humanos y materiales, cada vez más evidente en nuestro actual sistema de salud público.
- La creciente demanda de la población respecto a las necesidades sanitarias, que desbordan los recursos existentes.
- Las cargas de trabajo y los ratios enfermera-paciente, imposibles de sobrellevar si deseamos una calidad asistencial y que en muchas ocasiones suponen un desafío total para la salud física y mental de los profesionales, etc...
Evidentemente este último punto devendría de los dos anteriores...Los mecanismos de liberación de este estrés son muy diversos y diferentes en cada persona, pero en esta profesión es importante dedicar tiempo a combatir dicho estrés, de la manera que cada cual elija.
Hay quienes prefieren hacer ejercicio, quienes cultivan una afición determinada (pintar, leer, escuchar música, manualidades, pasear, pescar...) o simplemente se evaden en abstracciones cibernéticas... o no tan virtuales, que según dicen eso de "cascar" y expresar las emociones es muy terapéutico...
Lo que parece obvio es que cuando el trabajo suponga un problema grave a la hora de llevar una vida "normal" y se convierta en un factor determinante en la pérdida de la salud, será preciso "renovarse" y cambiar de ubicación en donde pasamos tantas horas de nuestra vida. Un "reciclado" a tiempo siempre será mejor que "morir" en el intento.
Tengo compañeras que llevaban 25 y 30 años de noche y que tras cambiar de turno (a la mañana o a la tarde) afirman haber "vuelto a nacer" y están felices por haber redescubierto los placeres de la vida diurna "normal".
Lo mismo ocurre cuando tras "enranciarte" en un servicio y estar "más quemado que la pipa de un indio", decides probar y "lanzarte a otros mundos". No conozco a nadie que se haya arrepentido.
Así que ya sabéis, "apañeros del metal"...
Antes de palmar de un chungo por el curro, un poquito de valentía, determinación... y a vivir, que son dos días los que estamos en esta tierra de dios...
Berni.
Martes 25/5/10.
Tengo compañeras que llevaban 25 y 30 años de noche y que tras cambiar de turno (a la mañana o a la tarde) afirman haber "vuelto a nacer" y están felices por haber redescubierto los placeres de la vida diurna "normal".
Lo mismo ocurre cuando tras "enranciarte" en un servicio y estar "más quemado que la pipa de un indio", decides probar y "lanzarte a otros mundos". No conozco a nadie que se haya arrepentido.
Así que ya sabéis, "apañeros del metal"...
Antes de palmar de un chungo por el curro, un poquito de valentía, determinación... y a vivir, que son dos días los que estamos en esta tierra de dios...
Berni.
Martes 25/5/10.
Amos, Maño, que yo sé que me quieres mucho... pero ese aprecio que me tienes no te nuble "el sentío"...
Otros escriben bien, yo solo me quedo en el intento.
Gracias por tu entrada dedicada. Me gustó mucho.
Buenos días apañera, lo tuyo es un blog, lo mio un intento.
Muy buena la entrada. En el Hospital de Al sur del Sur, cuando yo era joven rotaban al personal de UCI un mes al año por servicio de "bajo nivel de estres" (ese fue el motivo de yo trabajara unos meses en UCI), no sé como estará la cosa en la actualidad.
Enfermero9, vas muy bien con tu blog, enhorabuena.
Eso aquí no se hace, entre otras cosas porque no todo el mundo quiere ir a la UVI (acongoja un poco si no tienes experiencia previa) y la formación continua del personal supone un problema... demasiados impedimentos. El personal que se aguante y se quede con su burnout... es así de sencillo...
La idiosincrasia de nuestra clase dirigente, tan proclive a creerse elegida por los dioses, se contrarresta, a Dios gracias, con ese pedazo de profesionalidad y entrega de una enfermería ejemplar. Ni reconocida ni pagada ni cuidada adecuadamente. Se me cae el alma a los pies cuando les veo, gerentes perdidos en sus propias diatribas, ponerse medallas y repartirse el botín de un esfuerzo que les es absolutamente ajeno.
No sé si nos merecemos tanta mediocridad.
Mi admiración y respeto.
Pues mira, Javier, que hoy estoy muy quemada y pienso que tanta mediocridad sí la merecemos.
Entra en el blog del Maño y lee mi comentario (50), sabrás a qué me refiero.
Te dejo el link, por si te interesa, y así conoces el blog de este colega tuyo de Zaragoza, gran profesional y mejor persona:
http://medicablogs.diariomedico.com/mdaniel/2010/05/27/los-ricos-lo-que-quieren/#comment-33076
Gracias por tus preciosas palabras.
Yo me siento, Berni, más bien, aturdido.
En una ocasión presencié cómo en una cola de médicos estos se pegaban literalmente porque, ante el desprecio de la ventanilla de turno, no había otra manera de sacar la rabia del cuerpo.
Verás, me digo, cómo al final de la película son los pobres desgraciados que no han podido hacer frente a su hipoteca los culpables de la crisis y, en la misma línea, los profesionales sanitarios los responsables por las carencias del sistema.
En mi hospital se ha implantado eso que llaman “el piel con piel” sin contar con los profesionales. Hay una subvención de por medio. Todo el mundo cabreado e impotente por no poder acotar un despotismo desmedido que condiciona enormemente la calidad y condición de nuestro trabajo. El resultado más palpable, todos los que sufren las consecuencias se resienten en su relación con sus compañeros; como en la cola de marras. Evidentemente, también de manifiestan las carencias que tú denuncias.
Me temo que no hemos sido capaces de conquistar una madurez social suficiente ni adecuada, ni en las instituciones ni en la mentalidad, que posibilite una coherente repuesta a los problemas y desafíos que se nos presentan. Es, me parece, como si estuviéramos jugando a un simulacro de vida ajenos al hecho de que en ello nos va el futuro. Cuidado ahora, me digo, con esos pescadores que manejan los dineros públicos porque el río está muy revuelto y se oyen gritos de “sálvese quien pueda” y “tonto el último”. ¿Quién en este panorama se presenta con suficiente nitidez como un instrumento de auténtica defensa de los ciudadanos de a pié? Y no hablo de más reparto de subvenciones. ¿Será que ser español es eso?
En fin, que Ortega, tan de moda, diría eso de que aunque “lo social” es un poder invisible que nos obliga a todos inconscientemente es también la consecuencia de un caldo de cultivo propiciado por los poderes del estado, por todos.
Bla, bla, bla...
Javier, ¿sabes lo que más me duele de todo esto?
Que esa inmadurez social que nombras la hemos generado entre todos, pero sólo unos pocos son conscientes de ello. Y menos aún quieren enmendar el problema.
Gracias por tu comentario. Continuaría exponiendo lo que pienso al respecto, pero hoy veo el vaso medio vacío, estoy de bajón, y mejor callo.
Thank-U