Todas las profesiones tienen su riesgo, incluso las que pueden parecernos una fuente de satisfacciones y privilegios para quienes se dedican a ellas. La realidad, contada por sus verdaderos protagonistas, nos revela cuan confundidos estamos en nuestras conjeturas:
"La vida de un periodista musical rara vez resulta emocionante".
Cuando el éxito profesional aparece, las envidias y los fracasos de aquellos que no gozan de la misma suerte, hacen necesaria una compensación extra a modo de "plus de peligrosidad".
Y no hablo de dinero. Afortunadamete en esta vida no todo lo repara el dinero, estoy plenamente convencida de ello y lo digo sin ningún género de duda, aunque el sistema y la sociedad actual se empeñen en demostrarnos lo contrario (así nos va...)
En ocasiones sólo un momento de calma y placer musical bastarían para resarcirnos de tan incómodos momentos...
"If I could change the world..."
Pero... ¿podemos realmente cambiar el mundo?
Berni.
Lunes 27/910.
Cuando el éxito profesional aparece, las envidias y los fracasos de aquellos que no gozan de la misma suerte, hacen necesaria una compensación extra a modo de "plus de peligrosidad".
Y no hablo de dinero. Afortunadamete en esta vida no todo lo repara el dinero, estoy plenamente convencida de ello y lo digo sin ningún género de duda, aunque el sistema y la sociedad actual se empeñen en demostrarnos lo contrario (así nos va...)
En ocasiones sólo un momento de calma y placer musical bastarían para resarcirnos de tan incómodos momentos...
"If I could change the world..."
Pero... ¿podemos realmente cambiar el mundo?
Berni.
Lunes 27/910.
No, no podemos, el mundo es como es y hay que aceptarlo, lo único que podemos cambiar es nuestra visión del mundo, cuando la cambiamos .... todo se transforma.
Nos damos cuenta de las infinitas formas que hay de ver una misma cosa, y entonces la Vida se convierte en algo fascinante, incluso cuando duele .... cuando duele de verdad.
El dolor es inherente a esto que llamamos Vida, pero el sufrimiento es opcional (lo dijo Buda, que sabía mucho de esto).
Nota: Cuando tengamos un ratito podiamos irnos por ahí a comer.
¿Recuerdas el “efecto mariposa”?
Te sientas enfrente, le coges de la mano y le sonríes… y cambias el mundo.
Te acercas al oído y le susurras un “te quiero”… y cambias el mundo.
Mantienes el optimismo contra toda lógica… y cambias el mundo.
Contagias tu ánimo, regalas reconocimiento, escuchas,…
El mundo y el universo son relativos -eso decía Einstein- pero la capacidad del hombre para cambiarlo es un camino evidente.
La solidaridad lo hace más tangible. Nada, por otro lado, que tú no sepas.
Eric Clapton cambia el mundo con su música.
Un abrazo.
Creo que el bien ajeno repercute positivamente en uno mismo, el efecto mariposa del que habla Javier. O la forma egoísta de ser altruísta, si tal paradoja pudiera existir.
Juana:
Estoy totalmente de acuerdo con la necesidad de aceptar el mundo, pero eso para mí resta cierta energía al empeño y a la determinación de acabar con algunas injusticias, con lo que nos parece que no debe ser. No sé si me entiendes...
Es como rendirse a la resignación, y yo para algunas cosas soy muy guerrera y un tanto cabezona...
Por supuesto que sufrir por sufrir no tiene ningún sentido. Me estoy quitando de ser masoquista.
Javier:
Preciosa tu visión del cambio.
Pero ¿son suficientes esas fugaces transformaciones? A priori parecen enormes, pero luego todo continúa igual... ¿o no?...
Camino:
"La forma egoísta de ser altruísta", dices... interesante frase. ¿Esperamos siempre en los hechos altruístas obtener a cambio algo? ¿Es ese el motor verdadero de nuestra generosidad?