La vida es una tómbola... de luz y de color, de luz y de color...
Hoy podría sentenciar, sin riesgo a equivocarme, y sin el más mínimo atisbo de pesimismo, que en ese juego de azar en el que todos llevamos participaciones, conocemos de sobra tanto los momentos de luz y de color, como aquellos oscuros, tenebrosos y con marchita tonalidad, regalo no deseado de la otra cara de la moneda y abominable ofrenda de la inclemente desventura.
Y aun así nadie es capaz de atraer la felicidad y la dicha, o de escapar a la calamidad, ya que ambas circunstancias llegan siempre por sorpresa, sin aviso previo y sin tocar la puerta, estando todos irremediablemente inmersos en esta casual realidad, en este pasatiempo de ida y vuelta, que gira una y otra vez, como una noria, sobre el mismo punto vital, paradoja transcendental del pensamiento y de la fragilidad humana.
No obstante hay que continuar jugando con la esperanza de que las rachas de infortunio se disipen y se tornen más amables en algún momento. Apearnos en pleno giro no haría más que aumentar el vértigo que subyace en las entrañas, finiquitando las perspectivas de mejoría futura.
Así pues continuaremos rotando.
Nos dejaremos abrazar por brazos amigos que aseguren nuestro viaje cuando la velocidad de giro se vuelva galopante, pensaremos que tras la tormenta llega la calma, certeza absoluta de tranquilidad después de la marabunta, pues siempre ha sido así... y confiaremos en que todo llega y todo pasa, alentador consuelo de lo que se espera con anhelo y lo que resulta desdeñable por su dolorosa condición...
La vida es una tómbola... de luz y de color, de luz y de color...
Berni.
Domingo 12/9/10.
Hoy podría sentenciar, sin riesgo a equivocarme, y sin el más mínimo atisbo de pesimismo, que en ese juego de azar en el que todos llevamos participaciones, conocemos de sobra tanto los momentos de luz y de color, como aquellos oscuros, tenebrosos y con marchita tonalidad, regalo no deseado de la otra cara de la moneda y abominable ofrenda de la inclemente desventura.
Y aun así nadie es capaz de atraer la felicidad y la dicha, o de escapar a la calamidad, ya que ambas circunstancias llegan siempre por sorpresa, sin aviso previo y sin tocar la puerta, estando todos irremediablemente inmersos en esta casual realidad, en este pasatiempo de ida y vuelta, que gira una y otra vez, como una noria, sobre el mismo punto vital, paradoja transcendental del pensamiento y de la fragilidad humana.
No obstante hay que continuar jugando con la esperanza de que las rachas de infortunio se disipen y se tornen más amables en algún momento. Apearnos en pleno giro no haría más que aumentar el vértigo que subyace en las entrañas, finiquitando las perspectivas de mejoría futura.
Así pues continuaremos rotando.
Nos dejaremos abrazar por brazos amigos que aseguren nuestro viaje cuando la velocidad de giro se vuelva galopante, pensaremos que tras la tormenta llega la calma, certeza absoluta de tranquilidad después de la marabunta, pues siempre ha sido así... y confiaremos en que todo llega y todo pasa, alentador consuelo de lo que se espera con anhelo y lo que resulta desdeñable por su dolorosa condición...
La vida es una tómbola... de luz y de color, de luz y de color...
Berni.
Domingo 12/9/10.
No te falta razón, Berni. Lo curioso es que la vida sea una tómbola incluso para aquellos que no quieren participar comprando su boleto. De ahí la importancia de la actitud personal. Por ello, mi admiración hacia y para los que, siendo conocedores del riesgo, echan toda la carne en el asador y se implican hasta los huesos en lo que creen y quieren. La satisfacción que ello produce no te libra de los dolores pero los hace tan útiles y enriquecedores como la felicidad misma. Eso me digo hoy.
una tómbola con luz y oscuridad, color y sombras.... Un abrazo
Ludopatía pura este instinto de supervivencia nuestro.
Javier:
Quienes no desean jugar en la tómbola en realidad son muy pocos, la mayoría somos "ludópatas", como bien indica Camino, y quizá las causas de su negación puedan estar relacionadas con un peligroso acúmulo de sin sabores que la vida proporciona cuando te toca la mala racha. Pero no hay escapatoria posible ante este particular pasatiempo, sólo podemos controlar nuestras reacciones y comprobar la capacidad de adaptación a todo lo que venga.
Somos seres inteligentes, evolucionados, supervivientes y dominantes en este planeta( aunque a veces nos comportemos como animales irracionales).
Mostremos nuestras capacidades y disfrutemos de ellas.
Pilar:
Tómbola en la que unas veces ganamos y otras perdemos...
Yo no desfalleceré ante el infortunio, y si me veis hacerlo, dadme una colleja, primero, y la mano depués.
Sé que estás por estos lares desde hace tiempo. Me alegra mucho que por fin te hayas "manifestado".
Gracias, y otro abrazo para tí, Pilar T ;)
Camino:
Lo dicho, que el ánimo no falte...
Un beso grande.