Mañana voy a dedicarme unas horas...
Me autorregalaré una sesión de estupendos baños árabes, en cálido ambiente cuasimístico, con la tenue luz de velas olorosas, música suave de fondo, masaje relajante... todo un lujo para el cuerpo y un respiro para la mente...
Flotando en las tibias aguas de la piscina templada, si miras hacia el techo abovedado, puedes ver una especie de ojo de buey, que no es más que el propio fondo de un pozo que se encuentra en la tetería, unos metros más arriba...
Tienes la sensación de estar sumergido en aguas freáticas, en el centro de un espacio excavado en la mismísima tierra...
Es como regresar al útero materno en una involución imaginaria, pero sintiendo el calor y la calma que allí sin duda habrá...
Después de ésta agradable experiencia que, por cierto, compartiré con dos visitantes incondicionales del blog y amigas mías, nos iremos a degustar estupendas viandas de la cocina Andalusí.
¿Hay mejor manera de empezar el nuevo año?