Esta americana de 42 años ha saltado al "estrellato mediático" por sus increíbles pretensiones de querer ser "la mujer más gorda del mundo" y desear, por supuesto, que el título quede perfectamente registrado en el Libro Guinnes de récords mundiales.
La muchacha actualmente pesa 273k y aspira a llegar a los 450k en dos años.

En el 2007 dio a luz con 230 kilos, hecho que ya fue un récord en su momento, y supongo que no sólo por el peso que tenía, sino por el equipo sanitario que requirió en la cesárea de alto riesgo ( ¿alto riesgo?¡no!, si no me lo dicen no lo creo...). La asistieron entonces 30 profesionales, entre médicos y enfermeras.

Para lograr sus objetivos ingiere unas 12.000 calorías al día, casi todas procedentes del fast food, aunque confiesa que su comida favorita es el sushi. Puede llegar a comerse 70 piezas grandes de "una sentada".






Donna dice sentirse bien y llevar una vida normal, si entendemos como "normal" el pasarse horas engullendo comida y el desplazarse en una especie de scooter eléctrico.

Para ella la diabetes y la hipertensión que padecen no son un problema, aunque seguramente se conviertan en un handicap tremendo, junto a sus excesivos kilos, en cuanto cruce la barrera de los 450 y se asegure el título mundial (que la reportará pingües beneficios económicos si tenemos en cuenta la popularidad que esta hazaña la está haciendo alcanzar).
Entonces precisará una cirugía bariátrica urgente y posteriores plastias reparadoras para quitar toda la piel sobrante,que dicho sea de paso, a Buffalo Bill, el asesino en serie de "El silencio de los corderos" le sería suficiente para hacerse un fondo de armario completito.

Todo puede ser un suma y sigue en cuanto al gasto sanitario que esta gran mujer genera y generará, aunque ella insiste en afirmar que goza de una estupenda salud (amosnojodasquemeincomodas, que diría el Maño).
Quizá su aseguradora le esté pegando unas clavadas del copón, cosa que al parecer no es un impedimento importante para que Donna logre sus objetivos.

¿Y si esto sucediera en nuestro país? ¿Se lo permitirían las autoridades sanitarias?
Recuerdo un caso reciente en el que la Xunta de Galicia retiró la tutela a los padres de un niño que sufría sobrepeso y cuya vida corría serio peligro, según los servicios sanitarios y sociales que seguían la evolución de la enfermedad del crío...
Sí, ya se que la historia es diferente, porque se trata de un menor, pero insisto, en un adulto y en España ¿que sucedería si otra mujer decidiera seguir el ejemplo de Donna?

Las peligrosas pretensiones de la norteamericana pueden costarle la vida, muchos facultativos ya se lo han advertido... aunque siendo ENFERMERA como dice que es (¡manda güevos señor Trillo!), ya lo tiene que saber de sobra...

Berni.
Jueves 25/3/10.