Pues ahora va a ser que el que "te endrogue" en el quirófano para no enterarte de nada cuando "te rajen", será el mismo que el que te ponga un balón de contrapulsación cuando tu corazoncico no dé pa más, o viceversa...
La cuestión se había planteado ya hace dos años, pero malamente, por lo que parece, que nuestro ex-ministro Bernat lo puso sobre la mesa, pero no lo movió debidamente. Además la unión de ambas especialidades no era gusto de nadie, ni de los Intensivistas, ni de los Anestesistas, así que la cosa no fue para adelante.
Ahora "la Trini" lo quiere retomar, y alguna de las partes puede ir entrando "en vereda"...
Yo lo he estado comentando con algunos de "mis intensivistas" y, en general, lo ven algo remoto... con poco concilio diría yo, y es que son especialidades que comparten poco, distintas entre sí.
Los que se dedican a ello "aman intensamente" lo que hacen, y valga como ejemplo un comentario de la boca de una de las mejores médicos intensivistas de mi unidad "si me meten en un quirófano, me muero..."
Claro, que sólo estoy especulando con la opinión de unos pocos...
A ver BLUES, mójate un poco y dime qué opinas...
Dra. Jomeini, di lo que te parezca, que estoy deseando saber la versión de "los otros" ;)
Yo creo que con resolver el tema de la troncalidad pendiente y solucionar de una vez por todas las nuevas y necesarias especialidades, Psiquiatría Infanto-Juvenil y Urgencias, el Ministerio ya tiene suficiente... pero "la Trini" verá en los berenjenales que se quiere meter...
Algunos no encuentran su estrella. Eso le debió pasar al amigo de Juana... Aunque en su túnel hubiera brillantes antorchas iluminando el camino... Él no dejaba de sentir el frío de la oscuridad...
I can't see your star. I can't see your star. Though I patiently waited, bedside, for the death of today. I can't see your star. The mechanical lights of Lisbon frightened it away.
And I'm alone now, Me and all I stood for. We're wandering now. All in parts and pieces, swim lonely, find your own way out.
I can't see your star. I can't see your star. How can the darkness feel so wrong?
And I'm alone now, Me and all I stood for. We're wandering now. All in parts and pieces, swim lonely, find your own way out.
So far away. It's growing colder without your love. Why can't you feel me calling your name? Can't break the silence,
It's breaking me.
All my fears turn to rage. And I'm alone now, me And all I stood for. We're wandering now. All in parts and pieces, swim lonely, find your own way out.
Now, I have nothing worth fighting for. We're wandering now All in parts and pieces, swim lonely,find your own way out.
Si tu supieras... como te ansía cada espacio de mi cuerpo... como palpitan tus recuerdos en el alma, cuando se queda, tu presencia aquí en mi pecho...
Ven... entrégame tu amor, que está mi vida en cada beso para darte... y que se pierda en el pasado este tormento... que no me basta el mundo entero para amarte...
Si me cantan algo así, al oído, suavecito... ufff...
Es la triste noticia con la que me he levantado esta mañana: Michael Jackson ha muerto.
No lo podía creer. He sentido una conmoción instantánea y, por un momento, he pensado que era una broma de mal gusto, una estrategia de marketing para levantar un poco la carrera musical del cantante, decrépita y semiagónica desde hace años, influenciada por la prensa rosa, amarilla, los procesos judiciales, los escándalos sexuales... Confieso que nunca he sentido devoción por el artista, siempre me ha gustado mucho más el estilo de su hermana pequeña Janet, con su voz sensual, sus letras moñas... pero reconozco que ha sido una de las figuras más importantes en el pop internacional, con una repercusión increíble en todo lo que hacía, y con temas verdaderamente buenos e inolvidables.
Parece que personajes así nunca van a morir, aunque otros grandes de la historia, como por ejemplo el gran Elvis, el mítico Bob Marley, o Jimmy Hendrix lo hicieran en circunstancias igualmente dramáticas, en la mitad de su vida... bien de manera repentina, bien víctimas de alguna enfermedad incurable...
No es menos cierto que la muerte fomentará la leyenda del finado, reportará a la familia y a sus herederos pingües beneficios, por lo que posiblemente se generen suspicacias y todo tipo de habladurías sobre los acontecimientos que rodean el fallecimiento, aunque se trate de una muerte súbita causada por un paro cardíaco, como las hay a patadas y como ocurren a muchos otros individuos "corrientes y molientes".
Valga este post como pequeño homenaje al Rey del Pop, el hermano más brillante y controvertido de los Jackson Five, el chico negro que un día quiso ser blanco, de pelo liso y rasgos faciales imposibles... Su música y su estilo de baile seguirán reproduciéndose durante muchos años y eso hará que siga vivo "eternamente", casi hasta la inmortalidad...
"Billie Jean", para mi, uno de sus mejores temas...
Este es el título de un libro que me recomendó Eva, compañera de trabajo, amiga, lectora habitual y comentarista del blog. Es una historia real sobre un mal que aqueja hoy en día a muchas personas:
El cáncer.
El escritor, Ray Kluun, cuenta la experiencia vivida con la enfermedad que sufrió su mujer, cuando a los treinta y pocos le diagnostican un tumor maligno de mama muy agresivo.
Había leído con anterioridad otros libros escritos por enfermos de cáncer, donde narran su propia lucha por seguir adelante y ganar la batalla a ésta cruel enfermedad. Páginas enteras dedicadas a expresar sus miedos, su dolor, sus síntomas, sus sentimientos ante el proceso mórbido y ante las terapias existentes, con efectos secundarios terribles, incapacitantes en muchas ocasiones...
Conozco bien una pequeña parte de lo que viven éstas personas como pacientes en el medio hospitalario, ya que estuve seis años trabajando en una planta de Hematología... experiencia muy dura, pero sumamente aleccionadora. Aunque lo pueda imaginar de alguna manera, ignoro la real repercusión del cáncer en la vida rutinaria, lo que implica, por ejemplo, la amputación de un pecho en una mujer joven para su vida íntima, los problemas de imagen que pueda generar la alopecia (yo los veía a todos calvitos "estupendos", pero supongo que "es un trago" sufrirlo, de cara a los demás, sobre todo para una mujer...), o el cansancio extremo y casi crónico que impide que puedas tomar a tu hijo/a en brazos...
Por ello, y por la manera en que está narrada la historia, este libro me ha parecido diferente y muy interesante.
Stan, el marido de la enferma, expone una percepción muy particular de la enfermedad y de sus consecuencias sobre su vida general, tanto en el plano familiar y conyugal, como en sus relaciones laborales. El protagonista es, por tanto, el otro miembro de la pareja, el individuo "no afecto" en sí, que casi siempre en éstos procesos queda en segundo plano, pero al que las circunstancias patológicas golpean también de lleno.
Stan es un tipo "con suerte", como muchos lo definirían: dueño de una fructífera empresa de marketing, casado con una mujer alegre y bella que "bebe los vientos" por él, una hija pequeña preciosa y mucho éxito social. Él mismo se autodefine como un hedonista con una acusada monofobia. Esta particularidad en su doctrina vital, la especial forma de relacionarse sexualmente con las mujeres, junto con el desequilibrio que una patología grave supone para la vida normal, determinará que Stan se encuentre totalmente perdido a la hora de manejar sus emociones y sentimientos respecto a su propia mujer. El avance de la enfermedad descabalará todo su bienestar, y su forma de disfrutar y entender la vida se desmoronarán progresivamente.
El lector conoce desde un principio el desenlace de la batalla entre Carmen y el cáncer, ya que la historia global está resumida en una sencilla sinopsis en el reverso de la portada.
La forma de afrontar la muerte de Carmen se puede definir como "la deseable", admirable para muchos: Aceptación final de un recorrido que no tiene vuelta atrás, con toma de decisiones muy duras, pero determinantes en un estadío terminal.
"Una mujer va al médico" me ha enseñado a ver el cáncer desde otro punto, y a comprender, en parte, unas relaciones conyugales algo atípicas o no bien aceptadas en nuestra sociedad.
Para terminar éste post colgaré un tema de una artista que ha sufrido en su propia persona la enfermedad, y de la que ha salido victoriosa por el momento, lo cual me alegra enormemente. El álbum que creó tras ver un poco de luz en su túnel tiene un título muy significativo "Vida tóxica", por lo que os podréis imaginar que éste último trabajo está cargado de sentimientos y de recuerdos cercanos sobre la enfermedad y su lucha.
"Se feliz"...
Gracias Eva por tu recomendación, me ha encantado (aunque no fue fácil, al final conseguí dos ejemplares, creo que ya te lo comenté).
Para lo que no se puede explicar con leyes científicas...
"nobody said it was easy it´s such a shame for us to part, nobody said it was easy no one ever said it would be this hard... oh take me back to the start...
...questions of sciencie, sciencie and progress, could no speak as loud as my heart, tell me you love me, come back and haunt me... oh when I rush to the start... running in circles, chasing tails... coming back as we are..."
La sesión científica que organizó SEHER el pasado viernes 19 no pudo estar mejor.
Los organizadores, atentos y amables con el personal asistente, y las exposiciones, claras y muy interesantes, lo suficiente como para vencer mis horas de vigilia y mantenerme atenta durante toda la mañana. Los invitados, unos profesionales de lujo, que llevaban dedicándose a esto del estudio y cuidado de las heridas y úlceras toda su vida.
El profesor Luc Teot es un médico francés, ex-Presidente de la World Union of Wound Healing Societies, y cirujano plástico referente internacional en el cuidado de heridas. Su exposición "The multidisciplinary approach to wounds care" se basó en la necesidad de desarrollar un concepto multidisciplinar para generar una buena calidad asistencial en el cuidado de las heridas, en el que estamos directamente implicados muchos profesionales sanitarios: médicos, enfermeras, cirujanos plásticos, vasculares y generales, podólogos, etc...
Rosine Van den Bulck, enfermera belga especializada en cuidados de heridas y ostomías, trató "The rol of nurses in wound care". Nos habló sobre las bases de los cuidados de las heridas e insistió en la obligada especialización de las enfermeras en este campo (Nurses need a good current knowledge of the healling process").
También hizo hincapié en el concepto de multidisciplinariedad y en el nivel científico necesario entre las enfermeras.
Terminó su exposición con una frase muy sencilla que sirvió de claro colofón y resaltó su mensaje anterior:
"Never, never, never do nothing you don´t know, never".
Francisca Muñoz García, Enfermera del hospital Asepeyo de Coslada, nos introdujo en el manejo integral de las Úlceras por presión, previo a un interesante recuerdo histórico.
Maria Asunción Martínez Brocca, Coordinadora de la Unidad de Pie Diabético del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.
Habló sobre el Pie Diabético y presentó con gran entusiasmo el trabajo que realizan en su unidad, específica para este tipo de patología.
Para terminar las exposiciones, el Cirujano Taurino Joaquín Olmeda nos explicó las peculiaridades de las heridas por asta de toro y su tratamiento, además de amenizar las últimas horas de la sesión con anécdotas curiosas y fotos impactantes sobre las lesiones que le ocupaban, todo ello llevado con una simpatía sin par, mostrando su denotado gusto por el arte de la Tauromaquia.
Fue una mañana interesante y, para mí, una auténtica suerte el haber asistido a la primera Sesión Científica de La Sociedad Española de Heridas, SEHER.
Llevo varios días sin pisar el hospital, y estoy que no me lo creo.
Hoy iniciaré una maratón de tres noches seguidas, hace tiempo que no junto y no sé cómo lo voy a llevar... El "turno canalla" me descontrola del todo, física y mentalmente.
Las horas de sueño diurno no son reparadoras, me levanto de la cama con sensación resacosa y no se si tengo que desayunar o comer...
Diez horas de turno son excesivas, porque si hay mucho curro terminas exhausta, (en la UVI una noche "mala" puede convertirse en un infierno)... y si no nos salimos de "la rutina" y todo va más o menos bien, las horas de "ocio" (de cuatro a cinco de la madrugada, normalmente) constituyen, para mí, un bajonazo increíble, en las que sólo deseo estar en mi cama dejándome acunar por los brazos de Morfeo...
Me he levantado sobre las siete para ir a una sesión científica sobre Úlceras y Heridas que se celebra en un hotel en pleno centro de Madrid.
Tras la ducha y el café de rigor me he arreglado y he salido muy contenta a la calle.
La brisa fresca de la mañana y la luz de esas horas me dan energía, ya lo he comentado en algún post anterior...
Eso y la música, fiel compañera allá donde esté, que sea como sea, siempre voy escuchando...
En algún semáforo he notado cierta mirada de desaprobación de otros conductores... Pensarán "vaya marcha lleva la loca ésta, tan temprano como es..."
No son conjeturas mías, no... es que con verles la cara que ponen...
Joder, con lo estupendo que es levantarse de buen rollo y sonreír un poco, así sin motivo, porque hoy es hoy...
Algunos tienen ya a esas horas un gesto de mala host*a... que asusta... por dios! Momento "All Bran" es lo que necesitan que parecen estreñidos, por no decir otra cosa...
Bueno, pues eso...
Que iba yo cantando, la la la!, con el subidón que me da "El gallo" de La Máxima, y a pesar de las miradas indiscretas (que "me la traen al pairo", la verdad), oyendo buenos temas dance como:
"Shine":
"Shine!
when we love somebody
shine!
when we dance on party
shine!
I feel shine on you..."
"Sexy Girl" (aviso que el vídeo va a gustar a los habituales "machos" de éste blog, jajaja!):
"Freed from Desire", de Gala, éste se puede considerar "de reserva", que es de algunos años:
Después de aparcar he cogido el metro, porque no estoy loca (si un tanto enajenada), y al centro de los Madriles jamás voy en coche... El vagón iba medio vacío, por lo que tras aposentar mis cuartos traseros cómodamente, se me ha ocurrido leer el programa de la sesión, con mayor interés a como lo había hecho en el ordenador en el momento en que recibí la invitación por mail... y veo:
SEHER, Sociedad Española de Heridas Sesión Científica y Asamblea Madrid, Viernes 19 de junio, 2009.
La fecha me golpea en la cabeza como si de un mazo se tratase: VIERNES 19????!!!!!! HOY ES JUEVES 18... NO????? Un escalofrío me recorre súbitamente y mis manos se adentran nerviosas en el bolso para comprobar el día en el móvil... SUBNORMAL profunda!, pienso... Que esto es MAÑANA!!!! ARRRRGGGGGGGG!!!!!!!!!!!!! Se me ha debido quedar una cara de GILIPOLLAS total, y la sonrisa profidén se me ha borrado, de repente, de mi estúpido rostro. Me hubiera dado contra la barra de metal adyacente a mi asiento, pero quedaba mal, hubieran llamado a Seguridad al pensar que una paciente se ha fugado de Ciempozuelos... y me he contenido...
Joder, pues si empiezo con esta descerebración ahora, a la tercera noche no sé qué será de mí... Lo que más me fastidia es que mañana saldré de trabajar y tendré que empalmar con "el evento". Dormiré un par de horas por la tarde, si mi hija se apiada de mí y me lo permite, y después... otra vez pa´la mina... hale!
Tras "auto flagelarme" mentalmente unos segundos, he decidido tomármelo a bien e ir a Sol de compras.
He estado en La Fnac y he conseguido dos ejemplares de un libro que he leído el mes pasado y que me ha gustado mucho. Había una espectación tremenda con el tercer ejemplar de la saga Millenium. Subiendo las escaleras mecánicas unas chicas me han preguntado entusiasmadas "¿Tú también vienes a por El Libro?" "Qué libro?... Ah, el de Millenium... qué plastas, joer... no, ya lo compraré más adelante, hay tiempo..." No me he atrevido a confesarlas que todavía estoy intentando terminar el primero, "Los hombres que no amaban a las mujeres"... Debo ser rarita, pero voy por la mitad y aún no me ha enganchado... y he leído otros dos libros entre medias... Vamos, que está claro que no me apasiona, pero esta noche, si puedo, retomaré la historia... También he encargado música que tenía pendiente adquirir, parte de la discografía de Anita Baker, que no se encuentra fácilmente.
Luego he ido a desayunar con mi hermano mellizo, que trabaja cerca de allí, y que se irá a Angola por temas laborales en unos días.
Así que puedo decir que mi metedura de pata ha convertido, sin premeditación ni alevosía, mi mañana de sesión científica en algo lúdico y quizá más agradable.
Y aún el cabreo inicial conmigo misma, sigo sonriendo... Porque hoy es hoy.
Esta tarde he visto en casa una película que me había recomendado una amiga hacía bastante tiempo, pero hasta hoy, no había encontrado el momento ideal para hacerlo.
Una "moñada" romanticona, de esas que me gusta disfrutar a solas, tumbada en el sillón con mantita o colcha, porque sí, aunque ya hace calor, necesito echarme algo encima, es parte del ritual... Con la luz tenue, silencio absoluto... y los pañuelos de papel cerca. Sé que voy a necesitarlos, si me puedo despachar agusto. Cuando veo este tipo de filmografía con alguien no puedo evitar que se me escape alguna lagrimilla, aunque siempre intento reprimirlo...Supongo que es por vergüenza o miedo al ridículo, ya que mis hermanos se reían de mí cuando lloraba viendo algo en la televisión, ya fuera una película cualquiera, o los niños de África muriendo de hambre, que siempre ponían imágenes a la hora de comer, y a mí se me quitaban las ganas... y lloraba delante de todos. Por eso prefiero verlas sola (las películas de Amor), ya que me puedo desahogar a moco tendido.
Mi amiga me conoce bien y sabe cómo soy de sensible y de "masoca". Sabe que soy muuuuu tonta, y que me iba a emocionar con Los Puentes de Madison. Ambas conocemos una historia parecida y a ella, esta película, se la recordaba.
Es curioso el resurgir del Amor en una edad madura, cuando muere la ilusión y el corazón está dormido, cuando piensas que el futuro ya pasó... y las pocas ilusiones quedan muertas...
Genial canción que transmite bien la esencia de la historia...
Después de mis lágrimas, por unos instantes, he vuelto a creer...
"Haced lo que tengáis que hacer para ser felices en esta vida... hay tanta belleza..." (Escena final de Los puentes de Madison).
Que no salgan más de mi boca, que se agrieten mis labios y sangren dolor... ni una sola he de pronunciar, no en vano!... Aunque el corazón arda, y los sentidos se nublen, aunque el pecho se reviente, por contenido clamor... Que los oídos necios nunca reciban palabras de Amor, pues al cabo, sordas todas son... Esfuerzo colosal e infructuoso, derribar muros de piedra con toques de papel... Qué insensatez... Es golpearse de frente, con retroceso y sin protección, de manera compulsiva, una y otra vez...
Hoy, de nuevo, he vuelto a madrugar. Me he levantado a las 6:30, media hora más tarde de lo habitual, ya que el ser Domingo me permite retrasar un tiempo la rutina diaria, pues se que hoy no hay problemas de tráfico ni de parking al llegar al hospital.
La temperatura suave y la brisa de la mañana han hecho que una sensación de bienestar y optimismo me inundara nada más salir a la calle. Música tranquila durante el trayecto, las ventanillas totalmente bajadas, rebufo de aire enredándome el cabello... y ni un alma por Madrid.
Cuando llego a la UVI, me encuentro con el saludo de las compañeras, el rostro cansado... y un incomprensible tono de desánimo. Al girar la cabeza, veo su cama vacía, y un gesto de absoluta incredulidad llena mi cara... Comienzo a escuchar con detenimiento el relato de los acontecimientos, mientras me siento en el taburete que tengo más próximo. Lo ocurrido constituye todo un compendio de despropósitos.. un desafío total para mi particular ley de la lógica. Tras unos minutos de escucha y de perplejidad general, se hace un silencio momentáneo, mientras veo mi propio asombro reflejado en los ojos de mi compañera, el mismo que muestran los rostros de todas las allí presentes.
Después de asimilar la realidad, aparto de mi mente las imaginarias escenas de una situación no vivida, intento centrarme un poco y me dispongo a trabajar. Una hora más tarde ya tenía un nuevo paciente, con el que me he mantenido a pleno rendimiento físico y mental el resto del turno.
Al salir por la puerta C el bochorno del ambiente me ha dejado un poco aplanada y la tensión de las horas previas se ha venido abajo de repente.
Sentada frente al volante he decidido poner algún ritmo evasivo, que a pesar del volumen, apenas escuchaba. He recordado que ayer, a las 3 de la tarde, ni siquiera me despedí de ella, como hago habitualmente con todos mis pacientes. Se había quedado dormida unos momentos y no quise despertarla. Al día siguiente la vería de nuevo...
Ahora tengo la certeza de que ya nunca podré hacerlo...
"I know I can be afraid, but I´m alive, and I hope that you trust this heart behind my tired eyes... cause I´m no angel... but please dont think that I can´t cry... I´m no angel... but does that mean that I won´t fly..."
Son las 9 de la noche y acabo de llegar a casa. Este puente también trabajo, pero no me importa, porque la semana que viene entraré de noches y tendré algo más de tiempo para descansar.
Según he salido a las 3 de la tarde, he cogido el coche bajo un sol de justicia, me he plantado en casa en 15 minutos (es una suerte que medio Madrid esté fuera) y he ido a comer con mi santo a un asiático. Ahora resula que me encantan los Makis y los Nigiri Sushi, algo extraño... para mi impensable hace tiempo, pues nunca hubiera imaginado que sería capaz de comer nada crudo... pero todo es lanzarse y probar.
Después de sucumbir al afán consumista y realizar alguna compra, hemos entrado al cine a ver... una peli para mayores!!!!
Que nadie piense en "guarreridas españolas" del género X, que me estoy refiriendo a una película "normal", en la que cualquier dibujo animado infantil no tiene cabida.
Es que desde que "nos hemos proyectado" (como dice Pablo Milanés en una de sus preciosas canciones), en casa sólo vemos los peliculones de Barbie y sus colegas animadas de Disney, algo de la competencia (Pixar)... supongo que lo habitual de muchos hogares con "gente menuda".
Hemos visto Terminator Salvation. No es el tipo de películas que más me gustan, pero prefiero verlas en pantalla grande, porque puedo disfrutar con los efectos especiales y así no dormirme (en casa me quedo "esnucada" en el sillón, vamos fijo, fijísimo...).
La saga de Terminator tuvo bastante éxito en nuestro país, y quien más, quien menos, conoce la historia de John Connor, el indiscutible líder de La Resistencia que lucha por la supervivencia de la especie humana, la cual los Terminators quieren aniquilar.
Las escenas de lucha, las explosiones, los futurísticas máquinas de guerra, todo me ha parecido bastante impresionante, y los golpes...uf... duelen con sólo verlos...
Una buena película para quien le guste el género.
Me ha gustado, no puedo decir lo contrario...
Pero eso sí, la siguiente me toca elegirla.
Una española, o extranjera, que el cine internacional también me gusta, pero tipo comedia romántica... o melodrama.
Prepara los kleenex, cariño, que la próxima no te salvas...
"Cuatro esquinitas tiene mi cama, cuatro angelitos por siempre la guardan..."
Esta frase la recuerdo con una musicalidad y un tono especial, porque era la que mi madre me decía todas las noches estando ya dentro de mi cama, momentos antes de darme ese beso de buenas noches, con el que cerraba feliz los ojos y me dormía casi de inmediato.
Hacía que me sintiese segura, porque imaginaba cuatro ángeles de luz custodiando mi cama, guardándome de los seres tenebrosos de la oscuridad, y velando por unos bellos sueños.
Esa especie de protección es a la que debía referirse una conocida presentadora de televisión, cuando afirmó que "su ángel de la guardia había hecho horas extra" en el momento en que ella sufría un gravísimo accidente de tráfico y del que salía viva, milagrosamente.
Hay quienes creen en un destino escrito en las páginas fantásticas de algún libro sin nombre, un sino para todo y para todos, imposible de evitar...
Otros creen en eso de la suerte, y prefieren no tentar "la mala", no pasando bajo una escalera, huyendo del gato negro o evitando la torpeza con los espejos, no vaya a ser que...
Volviendo a los ángeles protectores...
En dos ocasiones he podido ser testigo directo de "la creencia" popular sobre la existencia terrenal de estos seres supuestamente mágicos, en condiciones de sensibilidad espiritual, ante el sufrimiento y el dolor de personas queridas:
- Hace años, en la planta de Hematología, una tarde a la hora de la medicación de las cuatro, el padre de un paciente al que fui a administrar sigilosamente un antibiótico, despertó de la siesta que tomaba en el sillón, cogido de la mano de su hijo gravemente enfermo que dormitaba en su cama, y me dijo:
"Creo que he muerto y he ido al cielo, porque acabo de ver un ángel".
- Hace unos meses, en la UVI, cuando extubé a un chico joven con una enfermedad parecida al anterior.
Al quitarle el tubo, el chico cogió mi mano izquierda con la que iba a colocarle la mascarilla seguidamente, la detuvo unos instantes y me dio las gracias con una voz ronca y casi imperceptible.
El padre del muchacho también estaba allí junto a él, hacía dos años que no lo veía, porque vivía en Argentina. Me miró con los ojos humedecidos por la emoción y me dijo con tono de agradecimiento:
"sos un ángel".
Esos son los momentos que hacen que continúe en esta profesión tan dura para almas blandas.
No por las palabras halagüeñas en sí, que sólo pueden interpretarse como muestra de sincero agradecimiento o estima, más que como mera adulación, sino por la percepción personal de satisfacción al comprobar que mi trabajo ha servido para ayudar a sentirse mejor a alguien que está sufriendo injustamente, sin entender por qué. Se que el intentar dar explicación a ciertas cuestiones es un tiempo perdido, porque son así, y no hay más... pero no puedo evitar, después de años de profesión a las espaldas, buscar respuestas...
Cuando las cosas se tuercen y no van bien, a veces, tampoco sin saber por qué (soy una tremenda ignorante), todo me resulta complicado. El ser testigo del sufrimiento humano se convierte para mi, ocasionalmente, en una pesada carga. Se me pasa por la cabeza un pensamiento fugaz: tirar la toalla y largarme del servicio, buscar un sitio mejor en donde no vea que la gente muere con tanta frecuencia.
Me enfado, me apeno... me acuerdo de los ángeles, de los santos... y de toda la corte celestial... deben encontrarse expectantes ante ese puntito de agua y tierra en mitad del inmenso azul... han olvidado a sus protegidos...
(...)
En uno de los repasos de los casos clínicos que desde hace un mes compartimos médicos y enfermeras de manera conjunta, recuerdo que al llegar a mis pacientes, la información y las expectativas de curación que se barajaban eran muy poco alentadoras.
Según iban describiendo los casos, se me iba poniendo una cara de desánimo total, que culminó cuando uno de los doctores me dijo: "Lo siento, Esther, pero los tres pacientes que llevas se van a morir..." Yo contesté bastante apenada: "Lo sé, no hay más que verles... pero eso puede hacer que me sienta como La Dama de la Guadaña, más que como La Dama de La Candela*... y es muy frustrante...".
* (La Dama de La Candela era como se apodó en la guerra de Crimea a la pionera de la Enfermería, Florence Nightingale).
Ángeles o demonios... qué más da... Que cada uno crea en lo que quiera o necesite creer para continuar en el juego... Se tiene suerte, si se tiene claro. Yo ya no estoy tan segura...
Y para terminar con las entradas de hoy, que escribiendo las anteriores se me ha puesto el estómago al revés... colgaré algún buen tema que me haga olvidar el mal rollo...
"Stars", de Simple Red.
"...too many hearts are broken a lover´s promise never came with a maybe so many words are left unspoken the silent voices are driving me crazy as for all the pain you caused me making up could never be your intention you´ll never know how much you hurt me stay, can´t you see that I I wanna fall from the stars straight into your arms I, I feel you... I hope you comprehend..."
Y para continuar hablando del género Gore, un vídeo que he encontrado en Youtube, buscando la noticia anterior... y que ya me diréis que reacciones os provoca:
En Thailandia, un panadero llamado Kittiwat Unarrom se dedica a hacer panes con formas varias de miembros amputados: manos, pies, cabezas...
Como se puede comprobar por las imágenes, la realeza de "las obras de arte" que este hombre hace (así lo considera él) es increíble.
Las vitrinas de su local están repletas de cercenadas y comestibles partes de cuerpo humano, lo que le genera una atracción diaria de cientos de visitantes a su negocio.
Yo, la verdad, que "no le encuentro ni pies ni cabeza" al asunto (él sí, y mucho, por lo que se ve).
El morbo de ver, y sobre todo comer!, una mano sanguinolenta me parece un tanto asqueroso, que incluso roza lo patológico.
Amos, no me digan!! Con lo bueno que está el pan de baguette recién hecho... Creo que ahora mismo, ni eso me entra...
Sucedió el 28 de Mayo, pero es ahora, tras la denuncia de la víctima, cuando se ha conocido la historia.
Franns Rilles era un boliviano que trabajaba sin contrato en una fábrica de pan de Gandía. Lo hacía todas las noches durante 12h por un sueldo de 700 euros al mes.
Tuvo la desgracia de sufrir un fatal accidente y su brazo izquierdo se lo amputó la máquina de amasar que estaba empleando para realizar su trabajo.
Su jefe "tuvo a bien" acercarle al hospital más próximo... y digo acercarle, porque le dejó tirado a unos metros del centro médico, advirtiéndole que no debía contar lo sucedido... que dijera que el brazo lo había perdido en un accidente, de otro tipo, supongo.
Después este personaje arrojó el miembro amputado a un contenedor de basura, con lo que anuló las posibilidades de un posible implante, y procedió a limpiar bien todas las huellas del accidente.
No tengo palabras para designar a este "ejemplar" empresario.
Le calificaría con todos los términos groseros existentes aceptados por la RAE, en especial uno, que me viene a la mente de inmediato, pero no lo voy a hacer porque no me parece justo mentar a la madre de este desgraciado, que seguro no tiene culpa de haber regalado al mundo a un desalmado de tal calibre.
A ver que consecuencias legales reales conlleva todo este asunto.
El tipejo debería hacerse cargo de la manutención de Franns y de toda su familia lo que le queda de vida. Eso como poco. Porque todo ese tiempo es el que este desafortunado hombre estará sin su brazo.
La administración ya ha dado un calificativo a este episodio, casi del género gore, que queda ahí para los gloriosos anales de la historia de los accidentes de trabajo de este nuestro país.
Además puede que ahora le concedan el permiso de trabajo...
Es viernes por la tarde, víspera de fin de semana, lo que se traduce, para muchos, en dos días libres del trabajo rutinario. Cuarenta y ocho horas seguidas para disfrutar de momentos de ocio y descanso... o quizá no...
Para que lo saboreen a tope aquellos que pueden... (a mí me toca "pringar", snif, snif...).
"Escapade", un tema de Janet de hace bastantes años, pero con un ritmo increíble...
La habré visto en tres o cuatro ocasiones, la primera cuando era adolescente, con trece o catorce años, en el salón del hogar paterno, con toda la familia. La última, hace una semana, concretamente el viernes pasado, en casa junto a mi hija, ya que haciendo zapping la descubrí por casualidad en La 2, recién empezada.
Las vivencias de Tasio en un pueblo pequeño en mitad de las montañas hicieron que Marina se quedara alucinada al conocer cómo se vivía antes en el mundo rural.
El film se desarrolla íntegramente en ese medio, en una época en la que en España hubo mucha migración de gente joven de los pueblos a las ciudades y a zonas industrializadas, en busca de trabajo y mayor prosperidad.
La vida en el campo era muy dura y no ofrecía un futuro alentador.
Debido a ello, muchos pueblos fueron despoblándose progresivamente hasta llegar a convertirse en verdaderos pueblos fantasma y/ o desaparecer.
Tasio, el protagonista de la película, decide quedarse en el lugar donde nació, donde su padre le enseñó la profesión de carbonero, y donde el monte podía proporcionarle todo lo necesario para lograr subsistir dignamente sin las ataduras laborales que se daban por aquel entonces, relaciones sometidas a la dictadura de un patrón "caciquillo", a unos extenuantes horarios y a unas condiciones pésimas de trabajo, para lograr ganar un mísero jornal.
Son muchas las escenas que se asemejan a la manera de vivir que tuvieron mis abuelos o mis suegros, a los que aún hoy les gusta rememorar anécdotas de aquellos años, cuando ellos eran mozos.
Historias de juegos y picias de chiquillos traviesos, de sus primeros amores en el baile del pueblo, del duro trabajo en los campos, en la siembra, en la siega, de lo poco que había para comer o de la particular forma que tenían entonces de educarles...
Yo, siendo pequeña y durante mis vacaciones estivales, he conocido gran parte de la vida rural, aunque sólo he vivido la cara amable de la historia, en un pueblo muy pequeño de la provincia de Segovia, donde actualmente no vivirán más de 20 habitantes en invierno.
He corrido por las calles de tierra sin asfaltar, donde jugábamos al "bote botero" hasta altas horas de la noche. He conocido las casas de adobe sin baño... que si la necesidad fisiológica acuciaba, a la cuadra tenías que ir a "descargar"...
Los garbanzos y los guisantes secándose al sol en las puertas de cada vivienda... que no te pillaran pisándolos por descuido, que una buena regañina te llevabas...
He tenido como mascotas a pajarillos cogidos del campo, he criado "clandestinamente" gatillos abandonados, a los que les daba leche con una especie de biberón fabricado con un trozo de neumático de bicicleta y un trapo...
En Madrid recibí clases de natación, pero se puede decir que donde aprendí de verdad a nadar fue en las pozas del río, donde me metía sin sensación de peligro alguno, a pesar de los lechos cenagosos y las culebras de agua que te rozaban mientras hacías ahogadillas a los amigos... o te las hacían a tí...
Construíamos cabañas con palos y vigas de madera que encontrábamos entre los restos derruidos de viejos caserones. Ahora, cuando lo recuerdo, me parece increíble, pero eramos capaces de transportar aquel material tan pesado a bastante distancia con nuestras propias manos, ayudados por viejas cuerdas que amarrábamos a las oxidadas puntas de acero que sobresalían peligrosamente de dichos maderos. Los arrastrábamos así durante kilómetros enteros, hasta llegar al lugar elegido para una ubicación "lo suficiente segura", en mitad del mismo bosque, donde nadie pudiera descubrirlo...
Salíamos de casa nada más desayunar y prácticamente sólo entrábamos a las horas de las comidas, siempre a regañadientes, y "premiados" de manera ocasional, con algún pescozón materno, de sobra merecido por la tardanza y la incertidumbre que las hacíamos pasar...
Experiencias preciosas que recuerdo con cierto sentimiento de añoranza, pero con enorme alegría, por haber tenido tanta suerte en vivirlas.
Este verano Marina comenzará a disfrutar con episodios parecidos, junto a sus abuelos y más tarde con sus padres, cuando las vacaciones les den una pequeña tregua.
Tendrá mucho que guardar en su memoria y gran parte de ello lo podrá contar a sus propios hijos y nietos, cuando el tiempo canee sus sienes, y nosotros ya no estemos aquí para verlo.
¿Qué se puede hacer para mitigar el sentimiento de añoranza? Va... que cuando echo de menos algo... o a alguien... me pongo muuyyyy tierna...
Güeeeeeno... Que esta entrada no es lo que parece... Ese sentimiento melancólico megamoñas por el que a veces me dejo llevar, lo dejaré para otra ocasión. Frivolidad e "instinto bajo"... es lo que me sugiere el momento... Es que me lo han quitado... y creo que definitivamente... Hace semanas que lo añoro. Lo busco cada viernes noche con "el poder" en mis manos (jejejeje...)... Pero nada, no hay manera... Debe ser que mis preferencias televisivas no son las mismas que las de la mayoría de la audiencia... Y mira que me extraña, porque con semejante criatura, seguro que adict@s a la serie no faltaban...
Dios mío... qué provocación...
Aunque los tiempos de censura ya pasaron... por favor, qué crueldad (el retirar la serie y dejarnos colgadas de esa manera)... Menos mal que tenemos la red...
Me llamo Esther, Berni para mis amigos.
Soy enfermera y he trabajado durante 17 años en un hospital público madrileño (servicios como Hematología Clínica, Recuperación Quirúrgica y Medicina Intensiva). Mi actividad laboral actual se centra en la coordinación extrahospitalaria de los trasplantes de órganos y tejidos a nivel nacional.
Este blog es personal, aunque mi profesión influya de manera directa en la redacción de muchas de las entradas que podréis leer. No obstante, EXPRESARME y COMPARTIR son los términos que mejor definirían el sentido de este blog.
Invito a hacer lo mismo a todos aquellos que lo visiten.
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