El domingo 8 de Marzo fue el día de La Mujer, como todos sabemos. Y omito lo de trabajadoras, porque eso lo somos todas.

En mi hospital, el lunes 9 se realizaron varios actos para celebrar dicha conmemoración, y entre ellos se procedió a la entrega de premios del concurso literario que comenté, y en el que decidí participar, un par de semanas atrás...

Pues bien....
Lo primero decir que la ilusión con la que escribí mi relato no la sentía yo hace mucho tiempo, por lo que ya sólo con haber vivido un sentimiento de euforia tal, me ha compensado sobremanera... aunque fue muy bonito mientras duró...

De mis palabras es fácil deducir que, efectívamente, el relato no ha ganado ningún premio. Si bien es cierto que estuvo a punto de subir al podio, los miembros del jurado determinaron que el cuarto puesto era más que suficiente...

Pos vaya mierda! casi mejor no haberlo sabido.
A decir verdad, ayer tenía un sentimiento extraño, supongo que era una especie de absurda tristeza por la "estrepitosa derrota"... más que tristeza, desilusión, debido a las espectativas que me había creado . Sin embargo hoy me siento indiferente.
Como hay compañeros que me han dicho que les gustaría leer el relato, voy a colgarlo, como prometí que haría.

Es una historia cuyo argumento principal gira en torno a un niño pequeño que sufre una enfermedad grave, una de esas patologías que nadie quisiera padecer.
La visión de dicha enfermedad que quiero reflejar y con la que me gustaría que nos quedáramos todos, es sin duda menos cruda a través de la percepción infantil, mucho más clara y pura porque está libre de pensamientos condicionantes, incluso se podría decir que de cierto grado de ignorancia.
Pero la carencia de prejuicios "adultos" es lo que determina la sencillez en la historia, que hace que lo más doloroso y crudo se vuelva, de alguna manera, soportable.
El relato está basado en experiencias reales.
No es biográfico pero contiene elementos verídicos vividos por personas de mi entorno familiar y laboral.
Por supuesto, mi dedicación profesional durante 6 años en una planta de Hematología ha sido decisiva para escribir esta pequeña historia.
Espero que os guste.
Y también espero vuestras opiniones... de cualquier tipo, pero ante todo que sean sinceras...