EL Potrillo ha generado una discusión en su país con uno de los temas aparecidos en su último trabajo discográfico.
La manzana de la discordia se llama "Unas nalgadas".
La letra es, según el cantante "divertida", y si no, leamos parte de sus declaraciones:
"Nunca había cantado contra las mujeres, así que escuchen ésta última. Sirve como amenaza juguetona, esta canción me divierte y creo que a ellas también les parecerá muy atractiva, eso sí, yo no les pegaría".
La historia es que su "divertida canción" ha generado mucha polémica...
La posición de la directora del Instituto de La Mujer de distrito D.F. me parece más que razonable, y a pesar de que este cantante es uno de mis artistas preferidos, creo que tanto su canción como sus declaraciones al respecto de la polémica son muy desacertadas.
El problema de la violencia en Méjico contra la mujer, eso que llamamos violencia de género, es importante (las cifras en España son también escalofriantes).
Todas las conductas que simplifiquen o resten importancia a hechos violentos, por mínimos que parezcan, son igualmente reprobables.
Lo siento, querido Alejandro, pero esta vez te has equivocado.
Y el error es de tal calibre, que no bastará con que digas que lo sientes, que nunca quisiste ofender a algún tipo de mujer en especial, porque ya en tus palabras de disculpa existen claros signos de discriminación, en las que das por supuesto que todas las mujeres no son iguales.
Unas, las fieles y leales son dignas de ti, y otras, las infieles y pecadoras, son las merecedoras de tus cachetadas en el trasero. Eso propugnas con tu canción.
La manzana de la discordia se llama "Unas nalgadas".
La letra es, según el cantante "divertida", y si no, leamos parte de sus declaraciones:
"Nunca había cantado contra las mujeres, así que escuchen ésta última. Sirve como amenaza juguetona, esta canción me divierte y creo que a ellas también les parecerá muy atractiva, eso sí, yo no les pegaría".
La historia es que su "divertida canción" ha generado mucha polémica...
La posición de la directora del Instituto de La Mujer de distrito D.F. me parece más que razonable, y a pesar de que este cantante es uno de mis artistas preferidos, creo que tanto su canción como sus declaraciones al respecto de la polémica son muy desacertadas.
El problema de la violencia en Méjico contra la mujer, eso que llamamos violencia de género, es importante (las cifras en España son también escalofriantes).
Todas las conductas que simplifiquen o resten importancia a hechos violentos, por mínimos que parezcan, son igualmente reprobables.
Lo siento, querido Alejandro, pero esta vez te has equivocado.
Y el error es de tal calibre, que no bastará con que digas que lo sientes, que nunca quisiste ofender a algún tipo de mujer en especial, porque ya en tus palabras de disculpa existen claros signos de discriminación, en las que das por supuesto que todas las mujeres no son iguales.
Unas, las fieles y leales son dignas de ti, y otras, las infieles y pecadoras, son las merecedoras de tus cachetadas en el trasero. Eso propugnas con tu canción.
Y lo dices tú, auténtico macho charro, potrillo desbocado, tormenta tropical de amor lujurioso que tantos corazones femeninos has tocado...
Berni.
Jueves 10/12/09.
Berni.
Jueves 10/12/09.
La violencia, un tema tan importante como apasionante. Se contagia de la misma manera que lo hace el acento mejicano. Es, además, un problema complejo pero que atañe a la sociedad en su conjunto tal y como puede hacer una epidemia de gripe. Por eso, considero un error pensar que uno está inmune a sus efectos o que se puede parcelar y tratar a unos colectivos de manera eficaz sin considerar a los otros. Méjico padece tal grado de violencia que hasta los que se consideran ajenos a ella destilan parte de su esencia. Este de Alejandro es sólo un ejemplo.
Un saludo.
Totalmente de acuerdo contigo, Javier.
En cuanto al cantante, no es que se me haya caído el mito, como se suele decir, pero me ha decepcionado bastante.