Hacía varios meses que no lo había vuelto a ver.
Pensé que un coche se lo habría llevado por delante de manera súbita, o un mal pico le hubiera hecho evadirse, en una última y definitiva ocasión, sin posibilidad de regreso, al reino de los sueños eternos...
Conducía de camino al trabajo, cuando la luz ámbar hizo que pisara el pedal del freno, aminorara progresivamente la marcha y parara a escasos centímetros de la línea de detención obligatoria.
Allí estaba él, y allí lo encontré repentinamente, en su semáforo particular.
Vestía de forma más decente de lo habitual, parecía aseado y, en general, lucía un aspecto mejorado.
En el momento de verlo me inundó una repentina alegría. Su visión, al menos, resolvía mi incertidumbre acerca de si seguía vivo o no...
Aunque éste júbilo fue poco más que efímero.
Sus ojos se clavaron durante un largo instante en los míos. Yo llevaba gafas de sol opacas, pero su mirada atravesó sin problemas los negros cristales, clavándose en mis pupilas con una incidencia persistente, casi dolorosa, penetrándolas como si de rayos X se tratase, lo que me provocó una extraña sensación de incomodidad.
Tuve que ladear la cabeza, igual que cuando era niña y jugaba a "aguantar la mirada". Casi siempre terminaba perdiendo porque era incapaz de soportar la presión del contrincante...
La música sonaba alta en el interior del coche, que es como me gusta disfrutarla cuando voy sola.
Escuchaba el metal gótico de Evanescence cuando me detuve en aquel semáforo, y casualmente, el segundo corte de su primer álbum de estudio empezaba a despuntar con sus acordes más potentes...
Sus ojos negros se tornaron azabache, y en contra de su aparente hermeticidad, pude vislumbrar una tristeza inmensa que llenaba todo el interior de ese hombre, pese a lo cual, parecía totalmente vacío.
Una gran tristeza y una pena indescriptible, ambas sin límites, casi infinitas, que atrapaban a todo el que con su mirada se cruzaba.
"How can you see into my eyes like open doors
leading you down into my core, where I've become so numb?
Without a soul,
my spirit's sleeping somewhere cold.
Until you find it there, and lead it back home..."
Volví a mirarlo.
Deambulaba delante de mi coche, y se disponía a merodear por entre los demás, implorando caridad con su vasito de papel y su gesto limosnero, pero se detuvo frente a mí.
Yo sentía esa extraña incomodidad que me extorsionaba, inexplicablemente, cada vez más.
Deseé que el semáforo se abriera pronto, aunque estando allí, justo delante mío, no podría haber avanzado tan rápido como quisiera.
Oía la música "Call my name and save me from the dark... bid my blood to run... before I come undone... save me from the nothing I've become...", veía sus ojos "I've been living a lie...there's nothing inside", sentía el frío de su alma y su corazón "frozen inside without your touch, without your love...", y mi inquietud crecía por segundos..."Don't let me die here... there must be something more...
Bring me to life..."
La luz verde dio paso a la estampida, pero en ésta ocasión fui yo la que tuve que pedirle con gestos que se apartara, que lo iban a atropellar...
Salí de aquel semáforo con una punzada en el corazón, y en ese momento no sabía si hubiera preferido continuar con la duda de si estaba muerto, a comprobar que seguía como siempre, siendo un auténtico zombie, un difunto total en vida...
Berni.
Martes 21/7/09.
Pensé que un coche se lo habría llevado por delante de manera súbita, o un mal pico le hubiera hecho evadirse, en una última y definitiva ocasión, sin posibilidad de regreso, al reino de los sueños eternos...
Conducía de camino al trabajo, cuando la luz ámbar hizo que pisara el pedal del freno, aminorara progresivamente la marcha y parara a escasos centímetros de la línea de detención obligatoria.
Allí estaba él, y allí lo encontré repentinamente, en su semáforo particular.
Vestía de forma más decente de lo habitual, parecía aseado y, en general, lucía un aspecto mejorado.
En el momento de verlo me inundó una repentina alegría. Su visión, al menos, resolvía mi incertidumbre acerca de si seguía vivo o no...
Aunque éste júbilo fue poco más que efímero.
Sus ojos se clavaron durante un largo instante en los míos. Yo llevaba gafas de sol opacas, pero su mirada atravesó sin problemas los negros cristales, clavándose en mis pupilas con una incidencia persistente, casi dolorosa, penetrándolas como si de rayos X se tratase, lo que me provocó una extraña sensación de incomodidad.
Tuve que ladear la cabeza, igual que cuando era niña y jugaba a "aguantar la mirada". Casi siempre terminaba perdiendo porque era incapaz de soportar la presión del contrincante...
La música sonaba alta en el interior del coche, que es como me gusta disfrutarla cuando voy sola.
Escuchaba el metal gótico de Evanescence cuando me detuve en aquel semáforo, y casualmente, el segundo corte de su primer álbum de estudio empezaba a despuntar con sus acordes más potentes...
Sus ojos negros se tornaron azabache, y en contra de su aparente hermeticidad, pude vislumbrar una tristeza inmensa que llenaba todo el interior de ese hombre, pese a lo cual, parecía totalmente vacío.
Una gran tristeza y una pena indescriptible, ambas sin límites, casi infinitas, que atrapaban a todo el que con su mirada se cruzaba.
"How can you see into my eyes like open doors
leading you down into my core, where I've become so numb?
Without a soul,
my spirit's sleeping somewhere cold.
Until you find it there, and lead it back home..."
Volví a mirarlo.
Deambulaba delante de mi coche, y se disponía a merodear por entre los demás, implorando caridad con su vasito de papel y su gesto limosnero, pero se detuvo frente a mí.
Yo sentía esa extraña incomodidad que me extorsionaba, inexplicablemente, cada vez más.
Deseé que el semáforo se abriera pronto, aunque estando allí, justo delante mío, no podría haber avanzado tan rápido como quisiera.
Oía la música "Call my name and save me from the dark... bid my blood to run... before I come undone... save me from the nothing I've become...", veía sus ojos "I've been living a lie...there's nothing inside", sentía el frío de su alma y su corazón "frozen inside without your touch, without your love...", y mi inquietud crecía por segundos..."Don't let me die here... there must be something more...
Bring me to life..."
La luz verde dio paso a la estampida, pero en ésta ocasión fui yo la que tuve que pedirle con gestos que se apartara, que lo iban a atropellar...
Salí de aquel semáforo con una punzada en el corazón, y en ese momento no sabía si hubiera preferido continuar con la duda de si estaba muerto, a comprobar que seguía como siempre, siendo un auténtico zombie, un difunto total en vida...
Berni.
Martes 21/7/09.