Al día siguiente le habían quitado la sedación en las últimas horas del turno de noche para intentar progresar lentamente en el destete al comenzar el día.
Yo estaba deseando llegar al servicio para saber cómo había ido todo, leer el parte de la revisión en el quirófano, las horas que estuvo, cuando volvió al servicio... despejar muchas dudas que tenía, porque aún no sabía muy bien qué había sucedido la mañana anterior para que la cosa se complicase como se complicó...
Yo estaba deseando llegar al servicio para saber cómo había ido todo, leer el parte de la revisión en el quirófano, las horas que estuvo, cuando volvió al servicio... despejar muchas dudas que tenía, porque aún no sabía muy bien qué había sucedido la mañana anterior para que la cosa se complicase como se complicó...
Llegué a las ocho de la mañana, ella aun mantenía los ojos cerrados, y aunque yo no tenía la certeza, estaba casi segura de que ya estaba despierta.
La dejé descansar una hora más, mientras atendía a otros pacientes "vecinos", y después la llamé por su nombre, haciéndola una pequeña caricia en la cara.
Abrió los ojos y me regaló un saludo espléndido, mudo pero divino, como en su despedida el día anterior, justo antes de caer bajo los efectos de la sedación.
Me sonrió ampliamente todo lo más que pudo, resarciéndose del hecho de haber tenido los días previos un tubo orotraqueal que se lo impedía.
Sentí una gran emoción y unas ganas de llorar que tuve que contener...
Esta gran mujer saldrá del trance y tirará para adelante, no tengo una bola de cristal ni ciencia infusa que me lo confirme, pero tal y como transcurrieron los acontecimientos y la reacción de ELLA, no me cabe la menor duda, porque es una luchadora nata...
La dejé descansar una hora más, mientras atendía a otros pacientes "vecinos", y después la llamé por su nombre, haciéndola una pequeña caricia en la cara.
Abrió los ojos y me regaló un saludo espléndido, mudo pero divino, como en su despedida el día anterior, justo antes de caer bajo los efectos de la sedación.
Me sonrió ampliamente todo lo más que pudo, resarciéndose del hecho de haber tenido los días previos un tubo orotraqueal que se lo impedía.
Sentí una gran emoción y unas ganas de llorar que tuve que contener...
Esta gran mujer saldrá del trance y tirará para adelante, no tengo una bola de cristal ni ciencia infusa que me lo confirme, pero tal y como transcurrieron los acontecimientos y la reacción de ELLA, no me cabe la menor duda, porque es una luchadora nata...
¡Bravo por la gente así!
Bieen por el final feliz!!
Uff!!, creí que el desenlace había sido fatal.
Menos mal.
Desde luego, "la enfermería" os implicáis emocionalmente mucho con los pacientes. Ponéis mucho en juego.
No sé hasta qué punto obtenéis el reconocimiento que merecéis.
Saludos, Berni.
No sé si tienen el reconocimiento que merecen (social o económico); a mi se me olvidó, desafortunadamente, dar las gracias a un par de enfermeras en dos momentos muy puntuales y todavía me sabe mal. Porque no es sólo que te administren lo que pauta el médico, sino que algunas te dan aliento humano que al ambiente del hospital le falta.
No todos los finales son dramáticos, afortunadamente...
Esta historia aun no ha acabado.
La mujer sigue conectada al respirador con su traqueotomía, avanzando muy lentamente, con una sonrisa de oreja a oreja y un ánimo admirables. Hay casos en los que no se puede destetar de la ventilación mecánica al paciente por su patología y sus características pulmonares, entonces sí que tenemos un problema serio...
Camino, en cuanto a lo de haber dado las gracias... no te sientas mal por ello. Hay personas que se nota que son agradecidas aunque no lo verbalicen expresamente, en cambio otras no.
A mí me encanta cuando vienen los pacientes a despedirse de nosotras porque ya les han dado el alta en el hospital.
Algunos nos llenan de besos y abrazos sinceros, porque han estado muy malitos y han pasado mucho tiempo con nosotras sufriendo, luchando, compartiendo...
El verles así llenos de alegría e ilusión renovadas, dispuestos a volver a su vida normal después de un trance tan duro, y expresándonos su gratitud con ese cariño, para mí es el mejor regalo que me pueden hacer. Es parte de lo que confiere sentido a mi profesión.