Acompañé a mi padre a la primera revisión, tras una cirugía a la que se sometió la semana pasada.
En la consulta, le retiraron las grapas mientras el médico intentaba buscar una explicación lógica a las abrasiones que mi padre tiene en la zona peri operatoria (y que no es una alergia al esparadrapo). Después nos dieron los papeles correspondientes para tramitar en Rehabilitación, y en otras consultas, y nos dispusimos a ello...
Por los largos pasillos de las dos alas del hospital, marchaban cantidades ingentes de enfermos y familiares, de pacientes que, como nosotros, iban o venían de alguna consulta o prueba...
Al llegar al servicio de Rehabilitación y Fisiotepapia, justo delante de nosotros, estaba una señora muy mayor, que casi no podía andar, a la que el administrativo le estaba dando unas indicaciones para pedir cita en otras ventanillas, ya que aquel puesto no era el indicado.
- Salga por esa puerta a la calle, suba la rampa y gire a la derecha. Dos puertas más allá vuelve a entrar al hospital y pide un numerito para poder después pedir la cita... Es que aquí, ésto no es...
El hombre fue muy amable y se lo repitió en dos o tres ocasiones, pero nosotros, después de formalizar nuestra cita, nos encontramos a la pobre señora totalmente perdida por los bajos del hospital (que yo, como los conozco, atajo por ellos para evitar la muchedumbre...).
Tomamos a la anciana por el brazo y la llevamos donde le habían indicado.
Al llegar allí, cientos de personas esperaban frente a las nueve ventanillas para pedir cita, con el valioso numerito del turno en la mano, el que te daba el celador de la recepción. De espaldas a ésta riada, otros tantos pendientes de entrar en las decenas de consultas de especialidades variadas...
Dejé a la mujer sentada, con cara de susto y atolondramiento, me fui por el consabido numerito y me aseguré que el celador-informador se ocupara de que la mujer hiciera sus trámites con éxito (eso, en dicho puesto, es parte de sus funciones), y que saliera de allí sin volverse a peder.
Aquella mujer que iba dando tumbos sin rumbo, no tenía a NADIE que la acompañara en éstos menesteres, ningún familiar disponible. Vivía a tomar por ... del hospital y hasta allí que había ido, en transporte público (no lo podía creer cuando me lo dijo), para pedir unas citas...
Tanto sistema informático y parece mentira que ésto no pueda hacerse de otra manera más racional, al menos para la gente incapacitada.
- Si tengo que venir hasta aquí todos los días... prefiero quedarme sin poder hablar... - me comentó en un tono de voz casi imperceptible... (imagino que tendría algún problema de cuerdas vocales y precisaba rehabilitación con un foniatra).
Le dije que se iban a ocupar de darle la cita y de acompañarla a la salida.
Me despedí con un beso y allí la dejé, con más pena que gloria... y marché corriendo a otras consultas donde tenía "abandonado" a mi padre.
Al llegar... más de lo mismo:
Gente esperando en colas interminable, unos con resignación, otros con cara de enfado, quejándose a gritos por el trato recibido, por las largas esperas, por el escaso tiempo, una vez dentro, dedicado a ellos...
Ayer tuve ese sentimiento extraño "de fractura" que experimento, a veces, cuando acudo a nuestro sistema de salud como cliente o usuaria.
Es una contrariedad tal, que no sé cómo explicarla.
El sistema nacional de salud, que yo defiendo a capa y espada, deja, en muchos aspectos, bastante que desear.
¿Es ésta "la mierda" que yo defiendo?, me pregunto.
¿Es éste el sistema estupendísimo de salud que los políticos pretenden verdernos?
Las ganas y las buenas intenciones que yo pongo día a día en mi trabajo chocan de frente con lo que me encuentro si me coloco "al otro lado".
Y eso hace que me plantee, personalmente, si mis pacientes se sienten igual de maltratados y descontentos y no estaré contribuyendo a ello, de alguna manera, sin saberlo, bien por comisión, bien por omisión...
Porque sí, todos tenemos muy buenas intenciones, pero lo que hay es lo que hay... y yo estoy dentro de todo aquello...
Luego vienes de vacaciones y te encuentras con un recorte de personal sin sentido, que obliga a dejar inhabilitado, parte del servicio...
Y tienes que escuchar que estamos perfectamente preparados para lo que se nos avecina con la gripe A...
Dios, en ocasiones me bulle la sangre...
Berni.
Lunes 29/9/09.